El expresidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica, reveló este lunes que durante un chequeo médico le detectaron un tumor de esófago, y que por el tipo de tumor y el estado en que se encuentra resulta complejo "emplear técnicas de quimioterapia o cirugías", por lo que los médicos están evaluando otras formas de tratamiento.

"Se descubrió que tengo un tumor en el esófago, que es algo obviamente muy comprometido y que es doblemente complejo en mi caso, porque padezco una enfermedad inmunológica", dijo el líder del Movimiento de Participación Popular (MPP) y del Frente Amplio, de 88 años, en conferencia de prensa, donde subrayó la importancia del diagnóstico temprano.

El esófago es el tubo muscular que conecta la garganta con el estómago y el conducto por el que viajan los alimentos y líquidos desde la boca hasta el estómago.

El cáncer de esófago es poco común en comparación con otros y suele diagnosticarse más en hombres que en mujeres. Varía según los factores de riesgo, puede desarrollarse en cualquier parte del esófago y se clasifica en dos tipos principales: adenocarcinoma y carcinoma de células escamosas

Qué estudios se realizan para su diagnóstico

En sus etapas iniciales puede ser difícil de diagnosticar por la falta de síntomas específicos. Cuando aparecen síntomas como dificultad para tragar, pérdida de peso inexplicable, dolor torácico o tos persistente, se realizan diferentes tipos de estudios. 

Las pruebas de imágenes, como radiografías con contraste de bario, tomografías computarizadas (TC), tomografías por emisión de positrones (PET) y ecografías, para  visualizar el esófago y determinar la ubicación y tamaño del tumor.

Las endoscopias permiten al médico visualizar el interior del esófago y tomar muestras de tejido (biopsias) para su análisis. Y la biopsia, para examinar las muestras de tejido bajo un microscopio y confirmar la presencia de células cancerosas.

Cuáles son los tipos de tratamiento

El tratamiento depende de varios factores, como el tipo y la etapa del cáncer, la salud general del paciente y sus preferencias. Suele ser multidisciplinario e individualizado, y puede combinar diferentes modalidades para obtener los mejores resultados. 

Algunas opciones de tratamiento pueden incluir una cirugía para la extirpación quirúrgica del tumor y, en algunos casos, parte del esófago y los ganglios linfáticos circundantes.

Radioterapia, para destruir las células cancerosas con el uso de radiación de alta energía; quimioterapia, para eliminar las células cancerosas con el uso de medicamentos y evitar que se diseminen y terapia dirigida, tratamientos que se dirigen a características específicas de las células cancerosas para inhibir su crecimiento.

El pronóstico del cáncer de esófago varía según la etapa del cáncer, el tipo de tumor y la respuesta al tratamiento. La tasa de supervivencia a 5 años para el cáncer de esófago oscila entre el 5% y el 47%, siendo más favorable cuando el cáncer se detecta en etapas tempranas y es posible una resección quirúrgica completa del tumor.

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