Milagro Sala fue procesada nuevamente ayer, esta vez por “homicidio en grado de tentativa, calificado por precio o promesa remuneratoria”, delito que prevé una pena de 15 a 20 años de prisión. El juez a cargo de la causa, Pablo Pullen Llermanos, sostiene que la dirigente de la Tupac Amaru habría contratado a dos sicarios para asesinar a un puntero político de apellido Cardozo en el barrio Azopardo de San Salvador de Jujuy. El devenir de la causa es, por lo menos, curioso: el juez nunca pudo dar con el arma, admite públicamente que no tiene “pruebas científicas” y basó su fallo de ayer en la declaración indagatoria de uno de los supuestos autores materiales, Jorge Rafael Paez, quien luego de involucrar a Sala fue sobreseído y puesto en libertad.  

Los hechos que investiga Pullen Llermanos ocurrieron en 2007, hace nueve años, y fueron bautizados por la prensa local como la “balacera de Azopardo”: dos bandas se enfrentaron a los tiros y una de las balas terminó por impactar en el abdomen de una niña de 11 años. Según consta en el expediente, cinco testigos declararon haber visto a Páez bajar de un auto y dispararle a Cardozo. En el auto viajaba un segundo hombre, Fabián Ávila, que a diferencia de Páez, negó ante el juez que la dirigente de la Tupac tuviera algo que ver con lo sucedido e indicó que todo se trató de una trifulca por “cuestiones de cancha”. El juez lo procesó ayer junto a Sala.

La defensa de la dirigente social señaló ayer otra irregularidad: antes de acusarla de autora intelectual, el juez la había procesado en febrero de haber “encubierto” a Páez, lo que le alcanzó para librar una orden de prisión preventiva, una de las tantas que Sala ya acumulaba entonces.   

Consultado sobre el reclamo de “liberación inmediata” en el que coincidieron Naciones Unidas, la OEA y la CIDH, el juez dijo ayer que “hay que terminar con los vericuetos (sic) de que (Sala) deba quedar en libertad”. “Los Derechos Humanos parece que creen que solo existen para Milagro Sala”, siguió Pullen Llermanos, y opinó: Lo que acá se pretende es que ella no esté detenida. ¿Y el derecho de igualdad? Parece que todos lo demás no tienen derechos humanos pero ella sí”.