El consumo sigue en caída libre. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) en marzo las ventas en los supermercados cayeron 9,3% interanual y acumula una caía del 11,5% durante el primer trimestre del año, en comparación con el mismo período del 2023. En Santa Fe la caída fue más pronunciada (19,4%) y acumula cuatro meses consecutivos a la baja. “Es una caída en las ventas de los supermercados que todavía no encuentra el piso”, sostuvo Celina Calore, del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO). En tanto, para los supermercadistas de la ciudad la crisis lleva a las familias a modificar sus hábitos de consumo y no ven que la situación repunte en el corto plazo. “Una mejora en las ventas puede estar llegando recién sobre fin de año y con suerte”, analizó Sergio Cassinerio, presidente de la Cámara de Supermercadistas de Rosario.

Esta semana desde el Indec informaron una nueva caída en las ventas de los supermercados durante el mes de marzo (9,3%) y es la tercera medición consecutiva a la baja tras los registros de enero (13,9) y febrero (12,7%). En concreto, las ventas totales a precios corrientes crecieron en relación al mes anterior, pero la variación no alcanzó a compensar la inflación. Uno de los datos interesantes del informe mensual del organismo estadístico es que casi la mitad de las compras se realizaron con tarjeta de crédito.

Con los números del Indec, desde el CESO realizaron también su propia medición para la provincia. Según el organismo, las ventas de los supermercados santafesinos cayeron durante el mes de marzo un 19,3% interanual y se trata del cuarto mes consecutivo con bajas que se arrastran desde diciembre (15,4%), enero (19,4%) y febrero (20,4%). “Es una caída en las ventas de los supermercados que todavía no encuentra el piso”, evaluó Calore en diálogo con Rosario/12. “Esto se da en el contexto de alta inflación, donde las ventas nominales crecen, pero no llegan a superar lo que crece la inflación. Entonces la gente compra menos y se nota una caída en las ventas reales, pronunciada, con respecto al año pasado”, añadió.

Para llegar a ese número, desde el CESO tomaron el informe del Indec y pusieron la lupa en el dato de la provincia de Santa Fe. Luego, lo deflactaron con el Índice de Precios de Supermercados (IPS) que realiza el propio organismo. “Como tenemos un indicador de los precios de los supermercados en la provincia, nos parece más atinado hacer esa medición”, explicó y agregó: “Intentamos que sea bien preciso de lo que queremos mostrar. Hay meses que este indicador está por debajo o por encima de lo que dice Indec y tiene que ver con cómo se captan estos precios y como se van deflactando”.

En el análisis, Calore sostuvo que el dato no está alejado de la realidad económica que viven otros sectores: “Marzo fue duro en todas las variables de la economía. Lo que marcan los números es que la recesión sigue y no se nota ese rebote que el gobierno nacional está esperando. Hasta marzo, lo que podemos decir es que hay una caída general del consumo en la venta de supermercados muy pronunciada y que ya lleva cuatro meses”.

Un rebote lejano

Desde la Cámara de Supermercadistas de Rosario entienden que la situación va en línea con lo medido por el Indec. “El consumo interanual deflacionado está más o menos unos diez puntos abajo de donde debería estar en cuanto a números y recaudación bruta”, evaluó Cassinerio, en contacto con Rosario/12. “En la medición intermensual vemos que hubo una desaceleración. Entendemos que es porque la gente venía de desviar gastos por temas escolares y ahora ya no tiene esos compromisos. Y ha hecho que la venta no sea más baja en el mes contra mes”, añadió.

Para el dirigente, lo que es notorio son los cambios en los hábitos de consumo de la gente, en medio de la crisis. “Se está viendo que hay, por parte del consumidor, un análisis muy específico, además de que está consumiendo menos. Hay otra manera de hacer las compras en las familias y el que apuntaba a ciertos productos, quizás de primera marca, hoy los ha dejado de consumir”, analizó. “Hoy el bolsillo de la gente está atacado desde varios flancos. No es solamente el rubro alimentos, sino que se han encarecido los servicios y la mayoría de las cosas. Eso hace que la gente mire bien a la hora de hacer las compras”, remarcó.

En ese sentido, Cassinerio consideró que, en cuanto a los precios, no hay demasiadas novedades: los valores se siguen moviendo a la par de la inflación que en los últimos meses se mantuvo en retroceso, aunque en números elevados. No obstante, no ven que el rebote en “V” del que habla el gobierno nacional vaya a llegar en el corto plazo. “Una mejora en las ventas puede estar llegando recién sobre fin de año y con suerte. A pesar de que las paritarias se están reabriendo de manera más seguida, no llegan tampoco a alcanzar el resto de los aumentos. Ni hablemos de textil, o rubros de ese estilo, donde la gente se ha corrido totalmente de esos consumos, o el sector gastronómico, donde se nota cierta crisis porque la gente también se cuida a la hora de salir”, finalizó.