En el Cabildo cordobés, ese mismo que rechazó la independencia que firmaban en su par de Buenos Aires en 1810, Javier Milei trataba de ilustrar los alcances de la gesta revolucionaria. Es que como Presidente era su primer acto del 25 de Mayo y trató, con un tono sobrio, luchar contra su naturaleza excéntrica y disparatada. Pero en una batalla hasta contra su inconsciente, éste último le jugó una mala pasada: le hizo mezclar Marx con Mayo y terminó diciendo (o confesando) que el socialismo puede provocar una "explosión de riqueza, crecimiento y progreso". Un furcio que jamás se perdonará el jefe de Estado.

Pero no fue la única perlita que dejó el paso de Milei por La Docta. Tras la represión de Gendarmería contra los trabajadores (y el karma hecho viento) el Presidente pudo aterrizar en el aeropuerto de la capital cordobesa, donde fue recibido por Martín Llaryora. Juntos viajaron hasta el Cabildo y el mandatario se hizo un tiempito -en un acto bastante demorado- para jugar con un fiel amigo. 

En el acto Milei intentó marcar la agenda política con algunos mensajes: pasado el fracaso del Pacto de Mayo, pateó la pelota adelante con la convocatoria a un Consejo de Mayo. También promocionó una baja de impuestos (que él mismo subió) y la necesidad de aprobación de la Ley Bases. Pero quizás destacó más su interés de subirle el precio a su ministro de Economía, Toto Caputo, al que definió como "rockstar". La devolución del exfuncionario de Macri fue darle un corazoncito, el mismo que necesita del mercado en medio de la suba del dólar blue y el hiperrecesión.

El cierre del acto fue casi el mismo de siempre. En tono espiritual, Milei pidió a Dios que "bendiga" a la Argentina y cerró, en el día de la Patria, con su clásico "Viva la Libertad, carajo". Lo dijo tres veces, esperando que, entre repetición y repetición, el público le interceda con un "Viva". En la trasmisión se escuchó fuerte la respuesta, pero los vecinos cordobeses confiesan que no retumbó tanto el eco en medio de la siesta cordobesa. ¿Alguna explicación? Las fuerzas del cielo quizás podrían saber algo

Así se veía la plaza mientras hablaba Milei