El agua en el sur por un dueño de la tierra que la quiere toda para él solito. El agua de los countrys bonaerenses que hacen lagunas para Instagram y cortan la absorción de los humedales que desbordan inundaciones para todxs. El agua como una postal sin reposeras donde cerrar los ojos, hojear revistas, mirar a la nada, hablar sin tema. El agua como una pileta que hizo Milagro en el norte y hoy está encerrada por la culpa del pueblo con las patas empapadas. La voz de una cirujana que se viralizó quejándose de la falta de códigos estéticos y morales en el oleaje de recién llegados a Nordelta –a lxs que calificó como bestias– y que se dedica a la estética que electrifica por cupones la idea de cuerpos tensos y mínimos es, más allá del elitismo mal avenido, un manifiesto de la exclusión by la patria es el odio, con la bandera de que el agua country debe ser diferente al agua Bristol: muchas contra pocos. 

Los cuerpos también aparecen delineados en esa marea como cuerpos con poco y sin variedad frente a cada cual como quiere, puede o le gusta. En el agua y en las mallas hay grietas. No solo la que baja de la espalda, sino la de una felicidad que no empieza y termina en los dedos de los pies. Las mallas para el río, el mar, la pileta, los lagos, las lagunas, las pelopinchos o la ducha son, para muchas, la hora del cuerpo expuesto no solo al espejo y a la mirada ajena sino a las propias inclemencias de la piel con ese modelo que no admite carne extra. Las mallas, sin embargo, pueden ser un disfrute para quienes buscan sumergirse en la búsqueda de los aros violetas sin que la voz de los mandatos pueda escucharse en el bajo fondo; para las que saltan la ola brava aunque se revuelquen los corpiños o la arena cunda entre las cachas; para las que hacen del tetazo una forma de libertad sin erecciones de pechos altos ni grandiosos; para las que se tiran de bomba y nadan contra la corriente; para las que juegan con sus niñes a ser barcos, piratas, a llevarlos en caballito o a ser motos como solo la falta de gravedad lo hace posible. 

En las mallas de Coralis Dulfan, diseñadora y docente de cine, se pueden ver –desde hace diez años– los dibujos de Los Pájaros, Vértigo, Star Wars, Yellow Submarine y Manhattan, de la marca Nolineal. La piel se vuelve una película como La historia sin fin que, este año, agrega el estampado de Mary Poppins, realizado por la ilustradora Laura Varsky. Las mallas enteras, cincuentosas, hasta el fin de las nalgas, hacen del retro una oda a sacarse el peso del peso o la celulitis inflamada de exhibicionismo y vergüenza. Y de la sugerencia un valor cómodo que no esconde, sino que invita sin fusilarse al paredón descarnado de contarse los poros en la timidez del muestrario del verano. Pero la idea no es solo una idea, sino la elección como termómetro. Las bikinis pueden ser tan delgadas como sus usuarias o carnosas y dispuestas a levantar las tetas en corpiños armados y a medida para que nadie se quede sin su Totoro estampado de rosas o verdes aguas, negros o arcoíris diversos. La panza puede protegerse en una bombacha hasta la cintura y el corpiño erguirse como los pechos sin temor al frío del mar o a la pileta nocturna. “No hay talles standard, moldes donde hay que entrar, sino que hay diferentes corporalidades”, rescata la creadora de Nolineal que apunta y confecciona con amabilidad extra en la atención y confección. 

En ElleVanTok la diseñadora Maru Arabéhèty logra que las ideas se plasmen en cuerpos plurales, diversos y deseantes en ropa interior y mallas que resaltan lo que se quiere mostrar y enfundan las zonas esquivas para que el disfrute sea como un buen chapuzón, en una paleta minimalista de blancos y negros. “Las mallas tienen recortes pensados para favorecer las curvas, alargar las piernas y estilizar el torso. Son para todo tipo de cuerpo (con talles del 85 al 130) y la mayoría contienen el abdomen y adopta la espalda regulable”, describe Maru, con su sello de talles inclusivos, ética laboral, industria nacional y acción social. ,

*) Nolineal: El sábado, de 14 a 20 horas, se festejan los diez años de Nolineal con ilustradoras invitadas como Luporojo, Vanix, Doblefaz, en Güemes 4125. Más info: nolineal.mitiendanube.com 

*) Ellevantok: ellevantok.com.ar