Con mas presión que consenso, Cambiemos apura en el Congreso las leyes y las reformas estructurales que el Gobierno quiere imponer tras el triunfo en las elecciones legislativas. Con la previsión de que muchos de estos debates excederán las sesiones ordinarias del Parlamento (que culminan el 30 de noviembre), el Ejecutivo tiene previsto extender sesiones extraordinarias hasta fin de año y hasta adelantó la jura de los legisladores electos que asumirán del 10 de diciembre: los senadores lo harán el 29 de noviembre y los diputados el 6 de diciembre, con las respectivas sesiones preparatorias para designar las autoridades tras el recambio legislativo. Esto precipitará el debate puertas adentro del peronismo, en especial en las actuales bancadas del FpV-PJ, para definir como quedan conformados los bloques y quienes serán sus conductores. 

Acelerando

La reforma tributaría llegaría los primeros días de la semana próxima a la Cámara de Diputados, antes de que los gobernadores presenten sus objeciones en una nueva reunión con el presidente Mauricio Macri y confirmen su promesa de suprimir varios impuestos previstos en el proyecto original y que las provincias resistieron. Con la discusión de la reforma tributaria y el Presupuesto 2018 en la Cámara baja, desde el gobierno esgrimen la necesidad de “desdoblar” para avanzar con la reforma laboral en el Senado, la Cámara más “permeable” a la flexibilización laboral que rechazan gremios y centrales sindicales.   

La estrategia oficialista de convocar a lo largo del año sólo a sesiones especiales incorporando solamente los proyectos de la agenda del Gobierno se convirtió en un boomerang en la Cámara de Diputados. Esa situación se complicó aun más con los insultos con que la diputada oficialista Elisa Carrió atacó a disputados opositores y que desató la retirada de todas las bancadas de la oposición y el abrupto final de la sesión del miércoles pasado, donde Cambiemos aspiraba a aprobar varios proyectos propios que van desde la modificación del Código Penal sobre estupefacientes hasta la autorización del ingreso de tropas extranjeras al territorio nacional y la salida de las propias al exterior, pasando por rubricar acuerdos internacionales bilaterales. 

Un sector del oficialismo propone retomar la frustrada sesión el miércoles próximo, tras un “cuarto intermedio” que ni siquiera se votó porque el oficialismo no tuvo quórum para hacerlo. Otros en cambio, prefieren calmar los ánimos y volver a negociar con la oposición “dialoguista” dos sesiones con agenda consensuada los días 22 y 29 de noviembre. En tanto, Cambiemos quiere avanzar con otras iniciativas propias en las comisiones, como con la nueva ley de Defensa de la Competencia. 

Desde el Ejecutivo quieren que la reforma laboral, que propone modificar aspectos sustanciales de la ley de Contrato de Trabajo, ingrese por el Senado. Una Cámara donde tallan como prioritarios los intereses provinciales y aparece como más “permeable” a negociar con el Gobierno. 

Allí, también se discute otro tema anhelado por el Gobierno: la reforma a la ley del Ministerio Público Fiscal que dejará al futuro reemplazante de la procuradora Alejandra Gils Carbó –de acuerdo al proyecto–, con un mandato acotado, sin las actuales fiscalías especiales y que podrá ser elegido por mayoría absoluta del Congreso, la misma cantidad que se necesitaría para desplazarlo sin necesidad de juicio político.         

Recambio       

Con una agenda que se estirará hasta fin de año, la Cámara baja adelantó la fecha de la jura de los diputados electos. Será el miércoles 6 de diciembre, donde también se realizará la sesión preparatoria, en la que se confirman o renuevan las autoridades: donde el oficialismo volvería a respaldar al macrista bonaerense Emilio Monzó como presidente del cuerpo.  

Lo que también adelantará la discusión puertas adentro del bloque del FpV-PJ, que para conservar la vicepresidencia primera de la Cámara, en manos del sanjuanino y presidente del PJ José Luis Gioja y con mandato como diputado hasta 2019, deberá conservar su condición de principal bancada opositora. Una situación que lo obligará a negociar con las distintas corrientes internas para evitar fugas y definir a sus futuros conductores.

La vicepresidencia segunda seguiría en manos del radicalismo –sin Patricia Giménez, que termina su mandato– y el massismo podría conservar (si no hay disputa con el Bloque Justicialista) la vicepresidencia tercera que hoy ocupa Felipe Solá, reelecto por otros cuatro años.

La disputa se adelantará aun más en el Senado, donde la jura de los nuevos senadores y la sesión preparatoria (que se hacía habitualmente el febrero), será el 29 de noviembre. El arribo de la senadora electa Cristina Fernández de Kirchner podría terminar por fracturar la actual bancada mayoritaria del FpV-PJ, ante de la resistencia de su jefe, Miguel Ángel Pichetto y algunos gobernadores de compartir el mismo bloque con al ex presidenta. 

Se trata de un final soñado para Cambiemos, que con la fractura opositora podría pasar a ser la primera minoría, y así adueñarse de las presidencias de las principales comisiones legislativas (que ahora no domina), aislar a CFK en una bancada más reducida y contar con otro bloque peronista mas dialoguista y conciliador con las propuestas del Gobierno.