Edoardo Bennato necesitaba un pianista. María Pia Di Vito, vocalista de la banda del cantautor napolitano, recomendó con gran entusiasmo a Rita Marcotulli, una romana versátil en los estilos y experimentada en los escenarios, que sin problemas pasó la prueba. La banda de Bennato tuvo así su pianista, pero tal vez lo más trascendente de la operación fue la posibilidad del encuentro entre Marcotulli y Di Vito. Nacía así una sociedad que daría alguna de las páginas más originales y vitales de una música mediterránea que, entre otras cosas, amplía conceptos del jazz y de la canción napolitana. Mañana a las 21, en la Usina del Arte, Marcotulli y De Vito actuarán juntas, en el marco del Buenos Aires Jazz.17. Con la pianista y la cantante estará también el percusionista mexicano radicado en Italia Israel Varela.

“María Pía no me conocía personalmente cuando me recomendó para la banda de Bennato y tampoco sabía casi nada de mí. Después me contó que en realidad me había visto una vez en televisión, había quedado impresionada y quería tocar conmigo. Así fue que nos encontramos y desde entonces somos como hermanas”, cuenta Marcotulli en diálogo con PáginaI12. “A fines de los ‘80 me fui a Escandinavia y al regreso, en el ‘92, nos reencontramos. Seguimos trabajando en dúo cada vez que podemos”. De esos encuentros, en 1995 nació Nauplia, un disco formidable, con obras propias y elaboraciones de canciones de la tradición napolitana que definen con precisión afectuosa un territorio expresivo y geográfico. “Crecimos juntas, tratamos de desarrollar nuestra cultura”, agrega Marcotulli, que guarda un recuerdo vago y lejano de Buenos Aires, cuando llegó a los 17 años acompañando a un artista pop italiano. “Eran mis primeros trabajos, en esas giras vertiginosas en las que una no conoce casi nada –recuerda la pianista–. Ahora llegamos para tocar nuestra música y estoy muy excitada por eso”.

Todos, sucesivamente, tocaron con todos, pero es la primera vez que Marcotulli, Di Vito y Varela tocarán en trío. “Esto también me resulta excitante de este encuentro. Seguramente se producirán cosas excepcionales entre nosotros. María Pía y yo tenemos una gran afinidad, e Israel es un músico fenomenal, muy original en la manera de tocar la batería. El resumió muy bien las cuestiones rítmicas del flamenco en su instrumento. Además, canta muy bien”, se entusiasma la pianista.

Formada en el conservatorio de Santa Cecilia de Roma, Marcotulli creció en un ambiente musical. Cuenta que su padre era ingeniero de sonido de la RCA en Roma y trabajaba con artistas de los más variados géneros, desde el pop hasta clásicos, como Arthur Rubisntein. Pero sobre todo grababa las columnas sonoras del cine, en la época de Nino Rota, Ennio Morricone y Armando Trovajoli. “Por eso, después de la música, mi pasión pasa por el cine –explica–. Tengo el recuerdo de cuando Nino Rota venía a casa, me sentaba en su falda frente al piano y yo le pedía que tocase la canción que había compuesto para la serie televisiva sobre Gian Burrasca, la que había hecho famosa Rita Pavone. Durante muchos años, cuando terminaban las clases, Nino me llamaba por teléfono para saber si había aprobado piano en el conservatorio”.

Desde adolescente, Marcotulli encaró proyectos musicales de los más variados y entrada la década del ‘80 era una de las figuras más importantes del jazz italiano. Chet Baker, Jon Christensen, Palle Danielsson, Peter Erskine, Joe Henderson, Helène La Barrière, Joe Lovano, Charlie Mariano, Pat Metheny, Michel Portal, Enrico Rava, Kenny Wheeler, Dewey Redman, Andy Sheppard o el sorprendente guitarrista vietnamita Nguyen Lê son otros nombres cercanos a su música.

–¿Qué le seduce de un músico a la hora de emprender un proyecto juntos?

–Busco la emoción. Músicos buenos hay muchísimos, pero con personalidad propia hay menos. El virtuosismo es apenas un medio para llegar a eso. Me interesa que la manera de relacionarse con la música no sea a partir del músculo. Necesito la poesía, la sutileza. Creo que la musicalidad pasa por posibilidad de combinar personalidades. 

–¿Esa idea se replica en la música que escucha?

–Absolutamente. Sea jazz, música brasileña, argentina, africana, cualquiera, lo que me importa es la profundidad y la poesía. Escucho mucho y entre las cosas interesantes que descubrí últimamente están los argentinos de Aca Seca, que me hizo escuchar Javier Girotto. ¡Son extraordinarios!

La discografía de Marcotulli es variada, articulada entre la sonoridad amplia de The Women Next Door (1998), un homenaje a Francois Truffaut, y el diálogo intimista de La strada invisibile (2014), a dúo con el acordeonista Luciano Biondini. O The light side of the moon (2006), en solopiano, o Us and Them (2008), homenaje a Pink Floyd, o la música que compuso para la película Basilicata Coast to Coast, que logró reconocimientos como el Davide di Donatello, que en su momento supieron ganar Rota, Morricone y Trovajoli, por ejemplo. “Me llaman música de jazz, pero no sé bien qué quiere decir eso hoy –concluye Marcotulli–. Solo sé que escribo una música que es muy visual, y que siempre dejo espacio a la creatividad de mis compañeros.”