Ayer por la mañana, Lionel Messi le puso la firma a su nuevo contrato con Barcelona y llegó a su fin el prolongado suspenso que acarreó su renovación. Las expectativas crecieron hasta la incertidumbre porque no se concretaba la firma en un vínculo que el padre del capitán de la Selección había acordado hace cuatro meses y medio. Ese acto formal se cumplimentó ayer, cuando Lio pasó por el despacho del presidente del club culé, Josep Maria Bartomeu, para rubricar el contrato al que se le hicieron algunas modificaciones respecto del original. Tanto el salario como la duración (hasta el 30 de junio de 2021) se mantienen, pero la cláusula que en junio era de 300 millones de euros es ahora de 700. Este cambio tiene un claro objetivo: que al Barcelona no le pase con Messi lo que ya le sucedió con el brasileño Neymar, que en agosto fue transferido al Paris Saint Germain, tras el pago de la cláusula de 222 millones de euros del brasileño. “Estamos muy contentos y satisfechos. Queríamos adecuar su cláusula a la situación actual del fútbol y situar a Messi donde se merece”, señaló un sonriente Bartomeu en declaraciones televisivas. Messi, flamante ganador de la Bota de Oro, también opinó: “Estoy feliz. Prácticamente hacía tiempo que teníamos que hacer la firma, se hizo y estoy contento de seguir vinculado al club que es mi casa”. “Siempre quise hacer toda mi carrera acá, mi sueño era terminar en el Barcelona y vamos en camino”, agregó el crack rosarino.