Te escribo desde Santa Fe capital, perdón la demora en responder pero como buena santafesina estaba durmiendo la siesta.

Acá ya todo el mundo sabe que la República de Rosario siempre quiso la separación formal de la Reposada Santa Fe y que como no lograron la capital administrativa de la provincia se autoproclamaron capital del helado artesanal. Perdón, Negro, me sale una risita patricia del rebusque que le dieron.

Como bien decís, acá nosotros con nuestros lisos y nuestros alfajores y allá ustedes aun buscando una fecha fundacional.

Te digo esto pero bien pensado debo confesar que la mezcla litoraleña, nos hace bien. Esa autopista aunque maltratada y en permanente reparación siempre trae y lleva buenos artistas.

Con nuestras diferencias idiomáticas (por ejemplo ustedes le dicen maceta a una plantera, le dicen popa a la tocada) sin embargo compartimos algunas cuestiones como la plaga de los mosquitos en lo que va de diciembre a marzo. Si supieras Negro, que una picadura de esos pequeños insectos ahora tienen una letalidad tal que no hubiera entrado en la imaginación de nadie. Incluso andamos recorriendo farmacias hasta que el estado se digne a comprar vacunas. O se han visto peleas por un último repelente en un supermercado, muy a la altura de un cuento tuyo.

Eso sí, te recuerdo cada vez que reto a mis hijos Lena y Amador porque dicen una mala palabra y me repiten a lo pavote Fontanarrosa en su discurso dijo… Yo no sé qué le dan en las escuelas pero ese discurso tuyo, te juro, es el padrenuestro de la pibada puteadora.

No quiero extenderme querido Negro. Como siempre gracias por el humor, por ayudarnos a tomarnos en solfa las angustias que nunca faltan. Gracias por enseñarnos a valorar lo propio. Ojalá sepamos estar a la altura.