Electronic Arts está en el ojo del huracán desde la declaración de la comunidad gamer internacional de tirar abajo esta productora y distribuidora de videojuegos. El conflicto que desató Star Wars: Battlefront II, por su sistema de microtransacciones, opacó todos sus anuncios justo en fechas del Black Friday. Y dejó relegados títulos salvavidas como el recién estrenado Need for Speed: Payback, con el que Ghost Games buscó redimirse de Need for Speed 2015 y, con un guiño a los jugadores poco interesados en el tuning técnico, presentó un juego de carreras de mundo abierto.

Los conductores descubren el nuevo ecosistema gracias al modo campaña que cobra vida con Tyler, Mac y Jess, un grupo de pilotos de Fortune Valley –o Las Vegas– que buscan venganza de La Casa, la organización mafiosa que se encarga de los tejes y manejes de la ciudad. La trama no profundiza más que alguna versión de Rápido y furioso pero da pie a que el jugador comprenda las mecánicas del mundo y se traslade entre misiones de manera más dinámica y entretenida que escuchando el poco estimulante soundtrack.

El jugador moldea su experiencia a través de cinco tipos de coche que buscan adaptarse a su gusto: todoterreno, carrera, derrape, aceleración o escape. El mapa de Fortune Valley equilibra de manera perfecta con este quinteto ya que está armónicamente diseñado para abarcar desde paisajes urbanos organizados o terrenos montañosos hasta desiertos inhóspitos.

El multijugador tiene un sistema de grupos donde se vota entre cinco circuitos por partida. Y si bien el matcheo es un tanto desequilibrado según el nivel de cada auto, es factible que los jugadores igualen el marcador basándose en su destreza. Además, el último parche del juego permitió que subir de nivel sea muchísimo más rápido, sin la necesidad de rejugar el modo campaña miles de veces.

Need for Speed: Payback tiene potencial de juego casual, lo que es tanto bendición como maldición. En primera instancia, el mundo NFS presenta retos de velocidad, persecuciones policíacas, choques estilo Burnout y desafíos a bandas urbanas, todo por fuera de la historia principal. Pero para quien busca un título de autos de carreras, los sistemas de mejoras de performance y personalización de los coches no pueden ser comparados con los de otros títulos del género. Y aunque su precio en el mercado argentino sea un poco desproporcionado ante las expectativas que cumple, el nuevo Need for Speed le da unos puntos al tan vapuleado EA.