El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, dijo ayer que la Argentina volverá a tener una inflación normal en cuatro o cinco años. “No hay modo de combatir la inflación si no es con política monetaria”, planteó. El funcionario expuso ayer en un evento organizado por la revista Bank Magazine y aseguró que la estrategia de política monetaria avanza en la dirección correcta para bajar los precios. “Cuando me junto con otros países que bajaron la inflación, me dicen que lo hicieron controlando las condiciones monetarias”, sostuvo el titular del Central. Esta semana aseguró que por los próximos meses se mantendrán los rendimientos elevados para asegurar la meta de precios de 2018. El uso de tasas de interés elevadas, pese a los argumentos del Central, no fue efectivo hasta el momento para frenar el proceso inflacionario.

Sturzenegger aseguró que este año la política monetaria se fue haciendo cada vez más dura con el correr de los meses. “El desafío más grande en el proceso de desinflación es la coordinación de las expectativas. Si la política monetaria es muy contundente, la inflación baja rápido, pero uno quiere que ese proceso esté acompañado con las expectativas para que sea sin estrés”, indicó. Por el momento el presidente del Central no consiguió llevar este discurso a la práctica. El año pasado se subieron las tasas hasta un 38 por ciento pero la inflación fue la más alta en 25 años (41 por ciento). Este año se termina con tasas cercanas al 30 por ciento y una inflación de casi el 24 por ciento, unos siete puntos por encima del objetivo 2017. 

“A nuestro entender las expectativas de desinflación están estables y consistentes”, insistió Sturzenegger. “Estoy convencido de que en cuatro o cinco años vamos a mirar para atrás y la inflación de la Argentina va a ser la de un país normal”, añadió. Y agregó que “será necesario mantener altas las tasas de interés de política monetaria por algunos meses más, para lograr que la inflación núcleo se ubique cerca del 1 por ciento en abril (del próximo año)”, indicó. “Elegimos gradualismo en la desaceleración de la inflación, con instrumentos que han funcionado. No hay ninguna sorpresa ni nada raro, sólo ser consistente. En pocos años vamos a estar sorprendidos de por qué Argentina transcurrió tantos años con esto”, concluyó.

El presidente del Central no sólo se concentró en analizar la situación de los precios. Aprovechó el evento para hacer recomendaciones de inversión. Aseguró que el dólar no es un mecanismo eficiente de ahorro para las familias argentinas. “El dólar como vehículo de ahorro es horrible porque ha tenido fluctuaciones en su valor real muy importantes. Hay gente que compró el blue en 2014 a 16 pesos e hizo el peor negocio de su vida. El dólar no siempre protege en términos de poder adquisitivo”, evaluó. Fueron muchas las veces en las últimas décadas que los funcionarios plantearon a la población que era algo conveniente desdolarizarse y, luego, los modelos económicos terminaron en fuertes devaluaciones y pérdidas desmedidas de los activos en pesos.

Sturzenegger volvió a asegurar que la política cambiaria es de flotación y el Central no interviene ni decide la cotización de las monedas extranjeras. “Al final era en serio que no íbamos a usar el dólar para anclar la inflación. Hasta mayo, el tipo de cambio era de 15,5 pesos y después se fue a 17,5 pesos, que es donde ha estado los últimos tres meses. Esa flotación del tipo de cambio es algo que transmite tranquilidad. Quiere decir que este gobierno no va a atrasar el tipo de cambio”, puntualizó. Esta última definición no puede sostenerse con los datos duros de la economía. El tipo de cambio real, es decir cuando se resta el efecto de los precios a la suba del dólar, se ubica en niveles idénticos a los de finales de 2015 y de 2001. Es la misma paridad que Sturzenegger criticaba antes de asumir.