Desde las calles de Lanús hasta los escenarios de todo el país, Zhoca, nombre artístico de Luna Cabello, convirtió su historia personal en un viaje sonoro que explora las emociones más profundas. Su álbum debut, Amar Abierto, no es solo un disco: es un manifiesto sobre la salud mental, el autodescubrimiento y la transformación del dolor en arte. “Mi arte está atravesado por la necesidad de expresar lo que muchas veces se silencia y de transformar el dolor en algo hermoso. Construir un espacio donde la sensibilidad tenga un lugar genuino para ser”, dice la cantante y compositora oriunda de Lanús.
Hija de la crisis del 2000, su infancia fue complicada. “Me crié al calor de la protesta y los centros culturales. Con intensidad barrial y solidaridad comunitaria. Desde muy chica tuve una mirada realista sobre el funcionamiento del mundo y del país. Yo creo que aprendí a resistir, pero también a soñar. Fui convirtiendo los contratiempos en oportunidades para crear”, recuerda la artista que hoy tiene un público afianzado y casi veinte mil seguidores en las redes sociales.
Antes de querer ser cantante, quiso ser abogada, enfermera o comunicadora. Quería ayudar a la gente, pero fue en la pandemia que se dio cuenta de que la música era una forma también de ayudar a los otros y no un acto egocéntrico como solía pensar. Para ella, el arte se convirtió en una misión terapéutica, no sólo para sí misma, sino también para quienes escuchan su música. “Con mis canciones busco ofrecer un abrazo para quien lo necesite en ese momento”, dice.
Empezó a cantar con Piñón Fijo y María Elena Walsh. Su padre la filmaba con una cámara VHS y la dormía cantándole las canciones de Sui Generis. “En mi familia todos hacíamos música. Se cantaba para dormir, para festejar, para decir las cosas. Era muy natural y una forma de compartir en familia. Después mi mamá empezó a dar clases de canto y yo me fui formando con ella. A los diez años me subí con ella al escenario para cantar “La refalosa” y desde ahí no paré”. Su primera banda la formó a los catorce años. En su adolescencia experimentó grandes crisis existenciales, marcadas por la confusión y falta de respuestas en el sistema educativo, que le generaban ansiedad y dudas. A pesar de las dificultades, encontró en su familia un apoyo fundamental. Sin embargo, su rebeldía y cuestionamientos en la escuela la hicieron sentirse incomprendida y rechazada, lo que la llevó a episodios de depresión. A medida que crecía, se dio cuenta de que los adultos no eran infalibles, y tuvo que enfrentar la frustración de ver cómo sus amigas y amigos de su edad sufrían por la falta de contención del sistema y sus familias. La música se convirtió en su salvavidas, permitiéndole canalizar sus emociones y conectarse con los demás de una manera que las palabras no podían. “Me gusta hablar en mis letras de lo que nos sucede en la cabeza y estos laberintos que nos armamos y nos llevan a sufrir ansiedad y depresión. En algún momento decidí que este álbum sea un álbum que trate específicamente el tema de la salud mental desde un lugar muy personal. No quiero quedarme en la idea del artista torturado; quiero mostrar que hay herramientas, que hay salida”, dice.
"Amar Abierto" nació en un contexto de transformación personal. "La terapia fue clave para entenderme y para volcar esas emociones en la música.Para mí, hablar de salud mental no es una opción, es una necesidad. Durante mucho tiempo sentí que tenía que esconder lo que me pasaba, pero cuando empecé a escribir sobre eso, algo cambió. La música me permitió poner en palabras lo que me costaba decir en voz alta”, explica Zhoca sobre la composición de su disco y agrega que siempre sintió que la música era su refugio, pero también una forma de procesar lo que vivió. “Crecer en Lanús me dio esa mezcla de crudeza y ternura, de barrio y de universo. En este disco, cada tema es un capítulo de esa historia", cuenta la artista.Los productores del disco fueron Felix Vintrob y Roman Lipszyc, quienes supieron darle el sonido perfecto a cada una de sus historias.
A su música la define como “no binaria”. “Es una mezcla porque yo escucho todo: rock, pop, folklore, reggaetón.Siempre que filtro la música, la filtro por el mensaje y la intención del artista. Los géneros no me importan”, afirma y agrega que su música es su identidad: “Es Lanús, la vida rural en Córdoba, la lucha social, mis viejos, una intención rockera que se permite jugar con todo”.
Este martes 1 de abril presentará en La Tangente su disco con banda completa: Roman Lipszyc en Teclado, Chango Mobili en Bajo, Matías Álvarez “Alva” en Batería, Stefano Corzini “Corzi” en Guitarra, Catalina Pardo y Lara Singer en Coros.
Además, el show contará con talentosos músicos invitados como Fernando Samalea, legendario baterista que ha trabajado con Charly García y Gustavo Cerati y Michelle Bliman, compositora, saxofonista y guitarrista argentina con una amplia trayectoria en el jazz y el soul. La apertura estará a cargo de Lu Torfano & Simon Bosio, con su dúo DWO.
“Estoy muy emocionada porque se va a finalmente abrir la puerta de este mundo que estuvimos creando”, dice la artista. El disco seguirá presentándose en otras ciudades del país y la Provincia. “Tengo muchas ganas de compartir este disco con la gente, de ver cómo resuena en ellos. Ojalá les ayude tanto como a mí”, concluye.
Las entradas para el show de este martes pueden adquirirse en la página web de La Tangente y su música se puede escuchar a través de Spotify.