El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, trata de imponerse como el paladín de la causa palestina después de que Estados Unidos reconociera Jerusalén como capital de Israel, aprovechando la relativa pasividad de los dirigentes árabes. Para coordinar la acción de los países musulmanes tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump del pasado miércoles, Erdogan invitó a sus dirigentes a una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en Estambul la próxima semana.

Pese al escepticismo de los observadores en lo tocante al impacto que pueda tener esta reunión extraordinaria de la principal organización panislámica, esta le permitirá a Erdogan mejorar su popularidad en la región. La indignación que ha suscitado en el mundo musulmán la medida de Estados Unidos dio la oportunidad al presidente turco de erguirse como defensor en jefe de los palestinos, con una serie de críticas contra el inquilino de la Casa Blanca esta semana.

“¡Oh, Trump! ¿Qué haces? ¿Qué enfoque es este? ¡Los responsables políticos deben obrar por la reconciliación y no por el caos!’’, lanzó el jueves.

Ayer pronunció duras palabras contra Israel en un discurso que dio en Estambul, al que tildó de “Estado de ocupación’’. Y agregó el mandatario turco: “En estos momentos, con su policía, recurren al terror y atacan a los jóvenes y a los niños. Atacan Gaza con sus (aviones) F-16. ¿Por qué? Porque se dicen ‘somos fuertes’. Lo digo claramente: ser fuerte no significa tener razón’’. El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel podría provocar la “ruptura de las relaciones’’ entre Ankara y el Estado hebreo,, llegó a decir Erdogan esta semana.

Tras varios años de crisis, Turquía e Israel habían normalizado el año pasado sus relaciones diplomáticas, aunque Erdogan critica a menudo a las autoridades israelíes por su política en los territorios palestinos.

Erdogan, que suele presentarse como un intermediario clave en la región, habló esta semana con los principales dirigentes de Oriente Medio para tratar la cuestión de Jerusalén, pero también con el Papa y el presidente ruso, Vladimir Putin. “Está esforzándose en iniciar una respuesta internacional’’, subraya Ziya Meral, del Centro de análisis históricos y de investigación de conflictos del ejército británico (Chacr). “Queda por ver qué puede hacer Turquía en concreto’’, agrega.

Esta “diplomacia del teléfono’’ precede a la cumbre de la OCI que el miércoles reunir  a un grupo de dirigentes de países musulmanes en Estambul. Esta organización fue creada en 1969 y cuenta con 57 miembros.

Pero, ¿logrará Erdogan unificar la postura de esos países, teniendo en cuenta que las divisiones regionales -especialmente entre Arabia Saudita e Irán- son fuertes? Desde hace más de una década, ``Turquía trata de ser el portaestandarte de las alianzas musulmanas, pero con un éxito muy limitado’’, indica Merla. Además, subraya el experto, “la OCI es una entidad frágil con [...] un nivel de compromiso débil para las causas comunes’’.

Para Soner Cagaptay, investigador en el Washington Institute of Near East Policy, la reacción del presidente turco es, ante todo, superficial.

El presidente turco “se alza contra las potencias occidentales cuando estas toman iniciativas en Oriente Medio sin consultarlas antes. Es lo que ha ocurrido con la decisión estadounidense respecto a Jerusalén’’, considera.

Si bien es poco probable que Erdogan haga cambiar de idea a Trump, “está claro que la cuestión de Jerusalén va a exacerbar la incomodidad’’ entre Ankara y Washington, apunta Bulent Aliriza, del Center for Strategic and International Studies.

A la espera de eventuales repercusiones diplomáticas, el activismo de Erdogan le sirve para contentar a su base electoral, muy apegada a la causa palestina y con un fuerte sentimiento antiestadounidense. “En vista de las sensibilidades de su electorado devoto y nacionalista, no sorprende la vigorosa reacción del presidente Erdogan’’, indica Meral.

La decisión de Estados Unidos provocó numerosas reacciones en Turquía, principalmente en las redes sociales donde la etiqueta #TurquíaEnPiePorJerusalén fue una de las más compartidas en los últimos días. “A menudo se olvida que existe una afinidad entre el AKP (el partido de Erdogan) y Hamas’’, el movimiento islamista que controla la Franja de Gaza, destaca Cagaptay. 

Varios miles de personas se manifestaron el viernes en Estambul siguiendo el llamado de una ONG cercana al poder, enarbolando banderas palestinas y gritando lemas contra Estados Unidos e Israel. “Palestina y la mezquita de Al Aqsa son nuestro corazón y nuestra sangre’’, declaró uno de los manifestantes, Sadik Cakmak. “Turquía hace lo necesario y nosotros tenemos completa confianza en quienes nos dirigen’’.