En medio de fuertes controversias en torno al rol de la Organización Mundial de Comercio en la crisis mundial, y el papel que ansía jugar la Argentina en el actual contexto global, el presidente Mauricio Macri encabezará la ceremonia inaugural, que tendrá lugar en el Centro de Exposiciones y Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, diversas organizaciones gremiales y sociales, encabezadas por la CTA, se concentrarán desde las cuatro de la tarde frente a la Plaza República (Obelisco) para hacer oir su rechazo a las políticas neoliberales de la OMC. Pero la atención mundial no estará puesto sólo en las deliberaciones, que comenzarán mañana, lunes, a partir de las 10: la prohibición de ingreso al país a más de 20 organizaciones de la sociedad civil y la deportación de dos periodistas extranjeros siguen provocando duras críticas a nivel mundial y, probablemente, algún reclamo diplomático al gobierno nacional.

Las actividades en torno a la Cumbre Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) tuvieron ayer su puntapié inicial en el Senado de la Nación, donde se realizó la Conferencia Parlamentaria, que reunió a 150 legisladores de 50 países. La Argentina “va a jugar de mediador, de facilitador del diálogo y el consenso”, afirmó el canciller Jorge Faurié, al hablar ante los legisladores visitantes. Ratificó, además, la determinación de lograr en esta conferencia el fortalecimiento del sistema multilateral de comercio, con resultados positivos para lograr el crecimiento inclusivo, desarrollo y la creación de empleo, que beneficien a la gente”.  

Argentina asume en este encuentro, además, la titularidad del Grupo de los 20. El afán de ocupar puestos protagónicos por parte del gobierno va de la mano de la intención de lograr “una total integración a la economía mundial” sin límites en las concesiones que deba dar en materia de comercio internacional para conseguirlo. Sin embargo, el tradicional alineamiento que practican los gobiernos neoconservadores y neoliberales de Argentina con las potencias occidentales, enfrenta en esta etapa un muy particular conflicto: el realineamiento decidido por el gobierno de Donald Trump a favor de políticas proteccionistas. 

Diversos analistas han coincidido en que la reunión a llevarse a cabo esta semana de la OMC se lleva a cabo “en un contexto global y regional altamente volátil y desafiante, con manifestaciones de crisis sistémicas que repercuten decisivamente en el agravamiento de la desigualdad mundial y en el avance sin pausa de las pujas de las grandes potencias por el control de y el acceso a las fuentes de recursos naturales estratégicos” (documento del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas). En ese marco, los temas centrales de la agenda de este año apuntan a reinstalar, en el ámbito multilateral, el debate sobre no sólo la liberalización del comercio de bienes y servicios, sino además avanzar sobre otras cuestiones como los procesos de facilitación comercial y de servicios, el comercio electrónico, el siempre polémico capítulo agrícola y el comercio pesquero. 

La postura de Estados Unidos puede representar un obstáculo a esa estrategia que pretende arrogarse para sí la OMC. Aunque por momentos contradictoria, la agenda proteccionista de Trump refleja una conflictiva relación de fuerzas en estados Unidos, donde los distritos históricamente industriales han sido perjudicados por políticas que le han rendido fabulosas ganancias a las corporaciones empresarias incluso en el marco de la crisis mundial. a partir de este detalle, que Trump se afirme en los derrotados sectores industriales puede ser por convicción en un modelo económico diferente, o por el contrario una táctica de fortalecimiento antes de sentarse a negociar con las grandes corporaciones otra forma de inserción de Estados Unidos en el mundo. 

Frente a estas complejidades, no asoma ni siquiera tímidamente una postura del gobierno argentino que suponga una definición clara sobre estas cuestiones. El mismo informe ya citado del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (que coordina Claudio Lozano, ex diputado nacional por Unidad Popular) señala, más adelante, en referencia a la situación de Argentina ante la ronda de la OMC, lo siguiente:

  • “Los lineamientos estratégicos de la política exterior de la Argentina bajo la administración Cambiemos están orientados a la ‘reinserción plena al mundo’, a través de la consolidación de las relaciones comerciales, financieras y de inversiones con los países centrales: Estados Unidos, Unión Europea, Japón, Canadá y Australia”.
  • “Ello supone la aceleración de una agenda ambiciosa y activa en términos de liberalización de la economía en todos los frentes relevantes, lo cual va de la mano de una dinámica ‘diplomacia comercial’ que sale al mundo con el objetivo de intensificar los vínculos comerciales, financieros t y de inversión”.

El estudio, del que participó también el especialista Gustavo Lahoud, advierte además que la visión del gobierno de Cambiemos poniendo en primer plano el objetivo de la “inserción mundial” por esta vía, “no tiene en cuenta la complejidad de las tramas geoeconómicas y geopolíticas”.