Duratierra llega por primera vez a Salta a presentar su disco folclóricoA los amores”. La cita es el martes 8/5 a las 21 en el teatro de la Usina Cultural. El 10 se presentan en Santiago del Estero y cierran su gira por el NOA el 11 en Tucumán.

Estuvimos conversando con su vocalista Micaela Vita y hablamos de todo: los inicios de la banda, sus influencias, raíces, sus canciones, cómo componen, tradición folclórica así como todo el condimento musical zarpado que utilizaron para este discazo que vienen a presentar en gira por el NOA.

Desde el rock, el pop, el jazz y el folklore tradicional, Duratierra aborda los géneros latinoamericanos con frescura y sin fronteras, respetando las raíces y encontrando en ellas el punto de partida para contar la propia historia en tiempo presente.

¡Acompañanos a sumergirnos en su mundo!

—¿Cómo llegan a este disco “A los amores”?

—20 años después de esos inicios, de esa juventud, llegamos a este disco, "A los amores", un disco que tiene una decisión artística, seguir el impulso y el deseo de grabar un disco de folclore argentino con canciones propias originales. Siguiendo y enmarcándolo en cierta estética más criolla, desde los componentes melódicos, líricos. También lo grabamos en cinta abierta de 16 canales, una tecnología viejita que era como se grababan los discos hace muchos años y que fue reemplazada por la grabación digital; fuimos a buscar no sólo la sonoridad de la cinta sino un estadio, una forma de ser y estar que te propone ese tiempo que se toma la cinta en ser rebobinada… Volver a tocar y algo de que al grabar así las tomas de la banda fueron hechas en vivo, en un mismo espacio. Fue entrar en otra lógica de hacer, en otra modalidad, de lo que veníamos acostumbrados a hacer en los discos anteriores que estaban atravesados al 100% en lo que era lo digital, de las ediciones, de grabar en capa. En este disco volvimos a la raíz primaria de lo que nos unió que fue el folclore.

(Imagen: gentileza Sofía Martinsen)


—Algo que me cautivó mucho de Duratierra es las letras, se las siente muy actuales, en Salta se hace culto a un folclore de larga data. La lírica de ustedes suena más contemporánea.

—Es importantísimo poder historizarnos a través de la música, es una de las claves para que la música siga viva. Ha pasado mucho del folclore atrás de una vitrina un poquito, un lugar donde accedemos pero más o menos pero hasta ahí porque si no pareciera que es faltarle el respeto a la tradición. Hay lugares que se vuelven confusos y a muchas personas las van dejando afuera de la posibilidad de crear. Nosotros tomamos este camino que amamos, tiene su lucha, tiene mucho trabajo… Somos una banda autogestiva de folclore y música latinoamericana que se sostiene hace muchísimos años. Somos familia, somos amigos, nos encanta tocar juntos. Y esa decisión es política, decidir formar parte de un colectivo y crear con otras personas y sostener eso a través de los cambios de cada uno, de los vaivenes políticos de este país. Siempre que escucho estas historias de procesos creativos colectivos considero que son las más transformadoras. Es un camino arduo y hermoso. Seguiremos insistiendo desde el deseo y las ganas de hacer juntos cosas nuevas. Es muy emocionante ver que ese hacer convoca a otras personas, que esta música que decidimos hacer es trinchera cultural para mucha gente que se acerca y se sienten partes de estas letras, estas canciones, que le hacen compañía, que le hacen reflexionar, le dan ganas de bailar, cantar juntarse con otras personas. Hay algo muy fuerte en la capacidad que tiene la música de juntarnos y hacer comunidad a través de ellas. En las letras hay un ojo muy grande de poner lo que queremos, vemos, lo que nos importa de este mundo, lo que nos duele, lo que queremos destacar que nos parece importante. Este disco “A los amores”, reveló su trama, su temática después de hecho. Nosotros no nos habíamos dado cuenta que de una manera u otra todas las canciones hablaban del amor. Cuando terminamos de grabar el disco, pusimos una letra al lado de la otra y vimos que todas trataban de amor. Y en este presente, donde están inoculando discursos de odio y violencia de todos lados y estamos atravesando este momento de tanto horror, no solo en nuestro país sino a nivel mundial, sacar un disco que le hace el homenaje al amor en todas sus formas: al amor de la amistad, al amor por el territorio, al amor por las parejas, los compañeros, por los hijos, es para nosotros también plantar una bandera en un lugar que sentimos que tenemos para aportarle a este presente. Hablar del amor en una sociedad donde el folclore está atravesado muy fuertemente por la misoginia y el machismo, traer una visión diferente de eso y poder plasmarla en una zamba, una chacarera, un gato, termina siendo contracultural y nos permite seguir afirmando que es por ahí.

¿Algún ritmo les cautiva más?

—A mi me encanta cantar zamba, es de los ritmos que más disfruto cantar. En este disco hay una zamba “Mudanza”, fue una zamba que Juan hizo cuando nos estábamos mudando a Córdoba en plena pandemia. Es el lugar en el que vivimos hasta hace 3 meses, que volvimos a Buenos Aires. Esa zamba nombra de alguna manera el tiempo nuestro de vivir en el barrio de Liniers, el barrio de la familia de Juan, la casa de sus abuelos e ir a hacer esta experiencia transformadora de irnos al monte a Unquillo, Córdoba. También hay otra canción muy fuerte que invitamos a Rally Barrionuevo en dúo, que se llama “Te miré por vez primera”. Fue una canción fuerte que llegó mucho al público, de hecho cuando terminábamos de cantarla, los presentes nos aplaudían, coreaban y decían: ¡que la graben! ¡que la graben! También la cantamos en una guitarreada, le cantamos a Rally, que es un gran amigo de nosotros, cuando la escuchó, nos dijo: cuando sea que la graben yo la quiero cantar con ustedes. Este verano fuimos convocados al Cosquín, Rally nos acompañó a tocar esta canción y fue muy emocionante, la plaza en silencio total, un momento cúlmine que esperamos se repita ahora en esta gira.

¿Cómo es su proceso creativo?

—Los procesos creativos fueron distintos a lo largo de estos 20 años. Cada disco trae inspiraciones, aprendizajes y transformaciones. Hay un eje compositivo que es Juan Saraco, fue el primero que trajo canciones propias a la banda. Después empezamos a co-componer juntos. En este disco son todas canciones de Juan, salvo la primera que trae una canción de Tomás Pagano, que la hicimos a partir de un ejercicio creativo, de co-componer a través de la inspiración de mirar una foto. Como somos una banda el proceso creativo es muy colectivo. Si bien las composiciones podrían ser de Juan, hubo un tratamiento, un arreglo conjunto; por ejemplo, algunas introducciones las trajo Silvia Aramayo, que es pianista. En lo colectivo es difícil trazar qué es de quién, pero por ahí van los ejes creativos y compositivos.

—Para conocerlos un poco más ¿nos podrían contar un poco los inicios de la banda?

—Nos conocimos hace 20 años estudiando en la escuela de música contemporánea que en ese entonces era la sede de la Berkly de Boston. Una escuela que tenía un encare más del lado del jazz, del rock, del pop; dentro de esa escuela había un grupo de profes que dirigía el área de música latinoamericana. Y en ese lugar de las casualidades de la vida, de los encuentros, nos conocimos con Juan y con Nico (luego se sumó Tomás Pagano en los años posteriores). Entonces el encare de la música siempre estuvo atravesado por todo el bagaje musical (tango, rock, pop). Todo eso sin demasiado raciocinio se empezó a mezclar en nosotros y en nuestra forma de hacer porque es la música que nos emociona. Y por supuesto que está el folclore tradicional de nuestro país, pero al mismo tiempo hay otras cosas dando vuelta. Para nosotros eso siempre fue muy natural, tuvimos momentos en que lo debatimos, porque hay algunos espacios con una mirada más tradicionalista, que también se puede discutir sobre qué tradiciones se toman. Hay algunas tradiciones más estáticas, estandarizadas y otras más dinámicas. Y por poner un ejemplo, Mercedes Sosa que es nuestro gran ícono de la música folclórica de raíz, grabó discos con Charly García, cantaba temas de Fito Páez. Nuestra música y nuestra identidad es mestiza, que es mucho más grande que cercarla a la música folclórica de raíz de cada lugar.

Pensando un poco en sus raíces propias y personales, ¿de dónde vienen y toman el rumbo que tienen?

—Hay historias muy variadas, somos un septeto, dentro de estas siete personas que somos cada quien se vinculó de forma diferente. Nico, el percusionista, es nacido y criado en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Su padre, músico, tuvieron un conjunto folclórico con él y otros amigos. A los 18, 19 años se vino a vivir a capital y recién ahí empezó a entrar en contacto con otras sonoridades. Para él la música era el folclore y desconocía, no formaba parte de su paisaje musical el rock, como si fue para mí, yo que era porteña, había sido parte de mi adolescencia, de la música que elegía escuchar. Juan, uno de los grandes compositores de nuestro grupo, es guitarrista y viene de una formación en donde el folclore y el tango fueron su base. Él tenía un dúo con su mamá, donde tocaba tango y folclore; sus profes también lo habían influenciado desde ahí. Valen Bonetto es cordobés, uno de los nuevos integrantes de la banda, nació en Laguna Larga, viene de una familia donde su papá es músico, participaba en peñas, guitarreadas. Todos traen a esta banda su relación, su propio vínculo de forma muy diversa a la banda.

—Un placer haber compartido este rato y estas palabras con vos, los esperamos con muchas ansias, ¿querrías agregar algo más?

—Sí, estamos yendo por primera vez a tocar esta música al NO, es muy emocionante para nosotros acudir, saber que hay un público que está esperando, y a la vez alentar y convocar a las personas que se acerquen, tiene mucho corazón lo que hacemos. Al ser autogestivo no sabemos cuando podremos volver.

Link para poder comprar las entradas: https://linktr.ee/Duratierra

Micaela Vita: voz

Juan Saraco: guitarra y coros

Nicolás Arroyo: percusión, coros y voz en Las flores del jardín.

Tomás Pagano: contrabajo

Valen Bonetto: guitarra, ronroco, coros y voz en Las cosas

Silvia Aramayo: piano, acordeón y coros

Martín Beckerman: percusión

Producción general: Diego Knoblovits

A los amores - El folklórico VOL.1 fue grabado en cinta abierta de 16 canales en el estudio El Attic (Bs.As) por Tatu Estela los días 10, 11 y 12 de Junio del 2023 con asistencia de Patricio Claypole

*Lírico Ardiente (sociólogo/escritor)