La Confederación General del Trabajo (CGT) salió a la calle este miércoles con una consigna clara: “El trabajo es sagrado”. Miles de manifestantes colmaron desde el mediodía las avenidas del centro porteño para exigir la reapertura de paritarias, rechazar el ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI) y frenar las reformas laborales de Javier Milei. La jornada transcurrió con fuerte presencia policial sobre la 9 de Julio y la aplicación del protocolo antiprotestas de Patricia Bullrich.
Minutos antes de las 14, las primeras columnas gremiales comenzaron a concentrarse en la esquina de avenida Independencia y Perú.
Apenas intentaron avanzar hacia la Avenida 9 de Julio, el dispositivo de seguridad desplegado por el Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, bloqueó el paso y puso en marcha el protocolo antiprotestas. La escena se volvió una postal conocida: cordones de efectivos, vallas reforzadas y un tránsito colapsado que dejó al Metrobús como única vía habilitada.
Aunque el Metrobús sobre la 9 de Julio se mantenía operativo, los colectivos enfrentaban desvíos y demoras. Muchos recorridos interrumpían su trayecto en avenida Córdoba o tomaban caminos alternativos. Desde el mediodía, la zona se convirtió en un caos vehicular que anticipó el clima de la jornada.
“La convocatoria es muy buena y refleja el hartazgo de la gente”, afirmó Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT. En diálogo con medios presentes, denunció el congelamiento de paritarias y el descontrol de precios. “No puede haber un plan económico que hunda los salarios mientras libera los mercados”, remarcó.
La movilización de este miércoles formó parte del plan de lucha que la CGT había lanzado en abril, tras el paro general del 10 y la protesta de jubilados frente al Congreso. En esta oportunidad, las organizaciones sindicales reclamaron paritarias libres y sin techo, rechazo al acuerdo con el FMI, defensa de los derechos laborales y aumento urgente de salarios y jubilaciones.
Un cierre con advertencia y críticas al gobierno
La marcha concluyó en Paseo Colón al 800, frente al Monumento al Trabajo. Allí, se colocó una ofrenda floral y se leyó un documento con fuertes críticas a las políticas de Javier Milei.
El texto, elaborado por la conducción sindical, cuestionó el ajuste impuesto por el Gobierno en acuerdo con el FMI y anticipó nuevas medidas de fuerza si no se abren instancias de diálogo.
“El trabajo es sagrado”, fue la consigna que encabezó una jornada marcada por la tensión en la calle y la resistencia sindical.