El gobierno de Israel aprobó una nueva campaña militar destinada a "ocupar y retener los territorios" dentro de la Franja de Gaza, asediada hace más de un año y medio. En conjunto con este plan de conquista del enclave y el desplazamiento forzado de su población, el gabinete de seguridad israelí validó la reanudación de la entrada de ayuda humanitaria mediante intermediarios privados estadounidenses.