Daniel Erbetta presidirá la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe en 2017 y, tras ser elegido por unanimidad por sus colegas del máximo tribunal provincial, dialogó con Rosario/12 sobre los desafíos y responsabilidades del Poder Judicial. En ese sentido, confió en que se completen las vacantes de jueces en el fuero penal, ya que los concursos están en marcha; y aseguró que el sistema conclusional (causas penales previas a febrero de 2014) brindará respuestas antes de cerrar. "No tiene una fecha de finalización. Habrá respuestas, no impunidad", prometió. Al mismo tiempo, apuntó al diálogo con otros poderes del Estado y con las instituciones. Le tocará presidir en un año electoral y de cambio de caras en la Fiscalía y la Defensoría del nuevo sistema penal. En la agenda aparecen la necesidad de recursos, el problema de "colapso" en el fuero Laboral y garantizar el acceso a la Justicia de los sectores más vulnerables. Apunta a una Justicia "dinámica, desburocratizada y despapelizada".

‑¿Qué desafíos tendrá la presidencia de la Corte santafesina en 2017?

‑Será un año con un proceso electoral, que no sabemos si estará unificado o desdoblado. Al mismo tiempo habrá renovación de autoridades en el Ministerio Público de la Acusación y en la Defensa Pública. Son cuestiones a las que les atribuimos relevancia porque el perfil de los que sean designados, en cargos de tanta responsabilidad, marcará una parte de la suerte de la consolidación de la reforma penal. Son cargos que requieren de mucho entrenamiento y un gran compromiso de gestión. Nosotros tenemos la responsabilidad de asegurar que la Justicia Penal funcione de la mejor manera posible, tanto en el sistema conclusional como en el nuevo sistema. El nuevo plantea muchos desafíos y riesgos. Hay que entender de qué estamos hablando, porque es una estructura judicial que tiene una lógica diferente a la de otros fueros. Nos interesa particularmente porque con esas autoridades tendremos que articular la solución de problemas y agilizar el proceso para completar las estructuras, porque todavía, a más de dos años, hay cargos vacantes que preocupan, ya que no parece lo más razonable.

‑¿Cómo se va a trabajar desde la Corte en la solución de los problemas?

‑Nosotros tenemos una gestión de gobierno muy integrada, con larga experiencia en sus integrantes. Conversamos mucho los problemas y tenemos la riqueza de tener visiones diferentes. Tenemos un relevamiento, un diagnóstico de los problemas que tiene la Justicia santafesina y si bien no se pueden resolver todos en un año, queremos implementar gestiones para intentar dar respuesta a los más importantes y urgentes. Hay asimetría según de qué ciudad se trata. En la ciudad de Santa Fe hay graves problemas edilicios, también hay dificultades en la cobertura de vacantes que seguiremos gestionando. Y más dificultades en la Justicia Civil y Comercial. En Rosario, el fuero laboral amerita una respuesta, no estructural porque excede nuestra competencia como Poder Judicial, pero sí que apunte a mejorar el problema, porque está en situación dificultosa y nosotros estamos desarrollando una política de racionalización interna de recursos. Tenemos la suerte de que la Legislatura acaba de aprobar la creación de cargos, que nos permitirá descomprimir algunas situaciones. También hay situaciones puntuales como la cuestión del sistema penal: en Rosario hay muchas causas tanto en el sistema conclusional, donde se vienen varios juicios de impacto público (por los hechos de calle Salta, la investigación contra la banda de Los Monos y otros crímenes relacionados), como en el nuevo. En el nuevo sistema también hay una capacidad muy limitada de recursos humanos de jueces (faltan unos 9 de primera instancia). Esto puede generar dificultades frente al crecimiento del Ministerio Público de la Acusación que pide audiencias para juicios orales. Todo implica una discusión y un cambio cultural. Hay que empezar a discutirlo en todos los ámbitos: universidades, colegios de abogados, de magistrados, instituciones.

‑¿El año que viene podría cerrarse el sistema conclusional?

‑Ya prácticamente está en su finalización. En distritos del interior no quedará prácticamente nada. Rosario es la ciudad que concentra más procesos en trámite, pero deben continuar. Sistema conclusional no significa impunidad, esto debe quedar claro. Sin dudas estamos con una estimación de que los Juzgados de Sentencia de Rosario estarán en el orden de los 280 expedientes por juzgados, ya para etapa de sentencia. En varios están pedidos juicios orales que demandarán tiempo. 2017 será el año en el que el sistema conclusional ya estará en sus últimos momentos, pero seguirá funcionando porque no tiene fecha de clausura. No es automático. Es falso que en tal fecha se cierra el sistema. Acá no va a haber impunidad; acá va a haber respuestas. Ahora cuando hay un expediente sin autor individualizado no podemos tener la causa abierta cincuenta años. El archivo de un expediente no causa estado: si mañana aparece una prueba o elemento, se reabre. Esto debe quedar claro. Esta Justicia que llamamos conclusional transita sus últimos tiempos de vida; y esto es bueno porque fortalece un único modo de trabajo en la Justicia. Siempre dándole una buena terminación a las viejas causas, en tiempo y en calidad, porque no hay diferencias entre víctimas de hechos del sistema anterior con el nuevo. Todos tienen los mismos derechos. La Corte siempre dijo que hay una sola justicia penal: se trabaja con dos reglamentos distintos, pero es una sola. Todos tenemos la responsabilidad de terminar de la mejor manera posible el sistema conclusional.

‑¿Sobre las movilizaciones de este año en reclamo de seguridad y las quejas acerca de que la Justicia beneficia a detenidos, qué se le responde a la gente?

‑Es más fácil decir qué respuestas no se les debe dar a la gente: no se le debe dar una respuesta de coyuntura; no se le debe responder con el sálvese quién pueda; ni una respuesta que implique una propuesta que después no se pueda cumplir. A la gente hay que darle una respuesta en su complejidad. Explicarle las responsabilidad de cada poder y las competencias de cada uno. Es necesario establecer una agenda común, comprometerse los partidos políticos, los poderes del estado y la propia sociedad. Hay que generar los insumos necesarios para hacer una evaluación concreta de los hechos y elaborar respuestas más eficaces. Creo que no le hace bien a nadie que haya una discusión pública entre poderes, o que se respondan de un funcionario a otro. Hay que reivindicar el diálogo institucional y generar una agenda común sobre los problemas. No se puede atacar diez enfermedades distintas con el mismo remedio- concluyó.