En el mundo del cine, no todo es glamour y aplausos. A veces, tras bastidores, se viven decepciones profundas que pueden marcar un giro inesperado en la trayectoria de una estrella. Este es el caso de Ben Stiller, reconocido actor y director, quien en 2016 enfrentó uno de los mayores fracasos de su carrera con el estreno de Zoolander 2.

Zoolander 2 llegó a los cines con la promesa de revivir la sátira ágil y mordaz del mundo de la moda que Stiller había creado años atrás. Sin embargo, la producción se topó con una recepción fría por parte del público y la crítica especializada.

Los pormenores de un desastre en taquilla

La película, con un presupuesto inicial de 50 millones de dólares, recaudó solo 29 millones a nivel nacional, cifra muy inferior a los 45.2 millones que había obtenido su predecesora en 2001, a pesar de contar con un presupuesto más bajo. Este contraste reflejó claramente el cambio en las preferencias del público con el paso del tiempo.

Un factor relevante fue el intervalo de 15 años entre ambas películas. Durante este periodo, los gustos y las tendencias evolucionaron drásticamente. La crítica fue dura con la secuela, calificándola de "anticuada" en un análisis de humor publicado por Metro UK. Esto resultó premonitorio: la industria del entretenimiento había avanzado hacia nuevas corrientes, dejando a Zoolander 2 en un estado de anacronismo que perjudicó su recepción.

El impacto personal en Ben Stiller

Las consecuencias del fracaso trascendieron lo económico. Para Stiller, la incertidumbre sobre su capacidad humorística fue un golpe significativo. En declaraciones, el actor admitió su sorpresa: "No sabía que era tan mala".

Además del efecto en su autoestima profesional, el fracaso le brindó un momento de reflexión y reinvención. "Ese periodo me permitió evaluar qué quería hacer creativamente", explicó Stiller. Este proceso lo llevó a dirigir proyectos más serios y profundos, como la miniserie Escape at Dannemora. Basada en hechos reales, esta obra le otorgó reconocimiento y una nueva perspectiva sobre su potencial fuera de la comedia.

Nuevos caminos creativos

Los siguientes pasos de Ben Stiller confirmaron que el tropiezo se convirtió en un punto de inflexión positivo. Su labor como director ganó prestigio, lo que lo llevó a dirigir la exitosa serie Severance para Apple TV+. Este proyecto fue recibido con entusiasmo y elogios por desafiar los límites convencionales de la narrativa televisiva.

Con los años, Ben Stiller ha reevaluado el fracaso desde otra óptica. "Tal vez me equivoqué", admite, aunque aún valora su trabajo en lo personal. Zoolander 2, más allá del revés, impulsó una creatividad renovada en él, permitiéndole liberarse de expectativas pasadas y explorar nuevas facetas de su talento.