En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cuestionó los dichos de Javier Milei –que este lunes aseguró que está a favor de que el narcotráfico pueda blanquear su dinero sin declarar sin importar su orígen– y aseguró que la expresión "gobierno anarcocapitalista" debe ser sustituida por “gobierno narco y capitalista”. “Que Milei lo diga tan suelto de cuerpo implica que sabe que a nadie le importa nada”, afirmó en una comparación sobre cómo actúa cada espacio político.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Lo que dice Grabois funciona bien con la realidad que se vive. La expresión "gobierno anarcocapitalista" debe ser sustituida por “gobierno narco y capitalista”. Lo anunciaba Milei cuando decía que prefería las mafias a la democracia, y lo confirma ahora al llamar a los narcos para que laven su dinero muy campantes.

Lo único que le duele al mundo del narcotráfico es no poder lavar su dinero. Milei les da el estribo, el recado y el caballo. Una animalada por la que él mismo se convierte ya no en el delirante estafador de $Libra, sino en un delincuente mucho más peligroso. Bullrich captura un par de pibes que venden, y Milei libera de problemas a los grandes jugadores de la droga.

Que lo diga tan suelto de cuerpo implica que sabe que a nadie le importa nada. En el desquicio moral, los que votan golpeándose el pecho contra la corrupción (esa que denuncian los Magnetto para vaciar la democracia, como se vio el domingo), ese electorado que vota según principios que no tiene, ese votante que colabora con la venta de la droga que consumen nuestros hijos, sus hijos, da su aval. Dice “¡Viva Milei, carajo!” y se dopa con la tele zócalera. Se da con todo. Hasta que las neuronas le estallan por la sobredosis.

Por eso, cuando se enfrenta a la derecha no hay que respetar el sentido común que ella crea. Hay que ser —como nunca— todo lo que se es. ¿Quiénes son los que le dicen a los candidatos “no digas eso ni esto otro”, “no los espantes”? ¿Andar con vueltas para hablarle a esa parte del electorado carente de moral? ¿Fineza para considerar adversarios que viven poniendo el último clavo al cajón?

Hay que ser lo que se es. El primero que te pide que seas moderado porque “es lo que la gente quiere”, está invitándote a que te traiciones. No se puede negociar entre lo que se es y lo que quieren que seas. No está bien salir del cauce de las ideas propias para ajustarse al sentido común de esa derecha inmensamente corrupta, que vota a los peores individuos en nombre de principios de los que carece.

Si hay un camino para enfrentar a este monstruo de tantas cabezas como la hidra, no es la cautela de andar en la política con patas de lana. Han vaciado a la democracia, y desde esa tibieza los análisis de la ausentada del domingo pasan por todo menos por los responsables de las mentiras, las llamadas fake news, que ya ni se mencionan, que se diluyen por culpa de los análisis timoratos.

No hay democracia si no hay información. No la hay si la concentración acaba con el periodismo. Cuando los análisis dejan afuera de la consideración a los medios, para meterle fichas a la situación económica, a la desilusión por los políticos, y no ven quiénes están detrás de Ficha Limpia, de las rutas de dinero, de lo que provocó ese vacío final del domingo pasado, son más útiles a “ellos” que “ellos” mismos.

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