La zorra y la pampa - 6 puntos 

Argentina, 2024 

Dirección y guion: Leandro Rovere y Nacho Sánchez Ordoñez 

Duración: 103 minutos 

Intérpretes: Carlos Fernández Priotti, Ramón de las Navas, Rolando Maggi, Diana Bellessi, Damián Verzeñazi y otros. 

Estreno en Cine Cosmos, Av. Corrientes 2046.

Modesta odisea ferroviaria, el documental La zorra y la pampa es una de esas películas mínimas que van de menor a mayor, como si se tratara de un objeto vivo que necesariamente debe atravesar ineludibles etapas de desarrollo para llegar a madurar. Un crecimiento que implica un esfuerzo enorme no solo para sus responsables, los directores, guionistas y productores rosarinos Leandro Rovere y Nacho Sánchez Ordoñez, en virtud del carácter absolutamente artesanal de la película. También para el espectador, que de entrada debe aceptar cierta precariedad técnica para, de a poco, dejarse conquistar por el crescendo emotivo que propone este recorrido que no es solo cinematográfico.

Podría decirse que se trata de una road movie, en tanto la narración avanza a la par del viaje en el que se embarcan los directores, que se proponen unir Rosario con la localidad bonaerense de Espora. Aunque en realidad sería más apropiado hablar de una rail movie, teniendo en cuenta que pretenden realizar dicho periplo utilizando una zorra a vaivén, un pequeño vehículo ferroviario de tracción a sangre. La senda obligada para unir ambos puntos serán las interminables vías de los ferrocarriles argentinos que surcan la inmensa pampa, muchas de ellas muertas a partir del abandono del Estado. No resulta raro, entonces, que se trate de un documental que necesita avanzar para crecer.

Como en la épica homérica, acá también los protagonistas recorren un paisaje vasto, cuyas paradas van orlando el trayecto de aventuras y personajes. Una travesía que engarza una diadema de pueblitos rurales para los que el tren representaba una parte fundamental de la vida, pero cuya silueta dejó de aparecer por ahí hace más de 30 años, convirtiendo a las estaciones, talleres y vías en auténticos territorios fantasmas. Pero los directores no encaran el viaje con espíritu elegíaco, ni buscan poner en escena un coro de lamentos en torno al abandono del tren y de los pueblos que este visitaba.

Al contrario, La zorra y la pampa es una oda colectiva que amplifica la tarea de quienes no solo se niegan a contemplar la agonía de esos espacios, alguna vez vitales, sino que trabajan activamente en su recuperación. Una característica que hace que la película sintonice con la tradición socialista de Rosario. Es cierto que también incluye momentos de añoranza, como el segmento protagonizado por la poeta Diana Bellesi o las lágrimas de algún extrabajador. Pero sobre todo eso (y sobre las limitaciones técnicas y narrativas, que no son pocas) se eleva la voluntad de darle forma a una épica ferroviaria que revela el vigor y la resiliencia de un país que sigue siendo invisible para los habitantes de los núcleos urbanos. Como si la interrupción del tren hubiera desconectado esas dos mitades, que este documental intenta volver a unir.