“Ese es uno de los aspectos”, decía Rogelio Iparraguirre. La frase quedó trunca cuando se cortó la luz. “Uy, lo que faltaba”, sonó de fondo. Paradójicamente, mientras el diputado nacional de Tandil exponía en el Segundo Congreso para el Desarrollo Energético, el servicio se interrumpió por unos instantes. “Parece un meme”, posteó el legislador.

El incidente graficó, a juicio de participantes y organizadores del encuentro, la realidad contradictoria del modelo energético de Javier Milei. Por un lado, el desarrollo de Vaca Muerta y la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner dejaron un balance comercial en 2024 por encima de los 5.600 millones de dólares. Pero, por el otro, la sociedad vio cómo sus facturas crecieron, en algunos casos, por encima del 700 por ciento. 

La industria no fue la excepción al incremento de las facturas, a pesar de que el servicio eléctrico exhibe momentos paupérrimos como el que vivió Iparraguirre durante su exposición, cuando más de 14 mil usuarios padecieron un corte en el suministro.

En este marco, el aumento de las tarifas fue una piña al mentón de la producción. Iparraguirre advierte que el modelo energético y tarifario de Milei apunta a la “desregulación sectorial y el traslado total del costo a los usuarios con el objetivo de maximizar la renta y priorizar la exportación de energía”. Eso, dice, tiene sustento mediante incrementos en las facturas de luz que están entre un 300 y un 700 por ciento por encima de la inflación de 2024.

“Para las pymes el aumento de tarifas impacta doblemente, tanto en los costos como en la caída del consumo, porque las pymes se desarrollan en el mercado interno, y si cae el poder adquisitivo de los y las trabajadoras, caen las ventas, y eso impacta también en el empleo”, explica Martínez. “Todo es parte de un combo que está destruyendo el tejido industrial”, lamenta la María Rosa Martínez, la senadora provincial de Almirante Brown que también estuve presente en el Congreso. 

Según sus relevamientos, la senadora advierte que un hogar de bajos ingresos hoy gasta 567 por ciento más en la factura de luz que en noviembre del 2023 y uno de ingresos medios un 715 por ciento más. Por el contrario, indica, en el mismo periodo la inflación general fue de 197 por ciento y los salarios y las jubilaciones aumentaron muy por debajo de ese índice, lo que implica que la gente cada vez destina más de sus ingresos para hacer frente a las tarifas.

Así las cosas, tanto Iparraguirre como Martínez resaltan que la actual segmentación tarifaria que impulsa el gobierno de Milei tiene su matriz en la efectuada por Sergio Massa cuando estuvo al frente del Ministerio de Economía.

Para el tandilense, “es importante comprender que los subsidios son una herramienta que debe ser utilizada en un contexto determinado para enfrentar un problema determinado”. Para la senadora, “es una política que se debe aplicar inteligentemente porque no está bien que gente que puede pagar la luz y el gas pida un subsidio al Estado”.

En este punto, Martínez subraya la necesidad de un Estado inteligente que recapitule y analice información, pero “con el fin del Estado que pretende Milei no hay segmentación posible y solamente va a haber tarifas impagables para toda la población”.

Además, advierte que, en 2025, el Gobierno nacional “decidió con fines electoralistas y antiinflacionarios frenar en parte el aumento tarifario, pero que seguramente volverán a aumentar considerablemente luego de las elecciones volviéndose un problema serio para las familias argentinas”.

El impacto en el desarrollo industrial

El Instituto Argentino de Estudios Técnicos Económicos y Sociales del Sector Eléctrico (Iaetes) fue el responsable de la cita. La segunda edición del Congreso para el Desarrollo Energético se llevó a cabo entre el 22 y el 23 de mayo en la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía, entidad de la cual se desprende el instituto hace más de 40 años. Mientras que el primero que se celebró el año pasado tuvo una convocatoria exclusivamente destinada a protagonistas del sector energético, como universidades, trabajadores del Estado y empresas privatizadas de energía, esta vez la mirada fue más amplia.

El eje estuvo puesto en la industria como motor de crecimiento para el país que, precisamente, necesita de un acceso fluido a la electricidad y a costos accesibles. La provincia de Buenos Aires no es la excepción, ya que la industria manufacturera no deja de presentar números negativos a raíz de las medidas impulsadas por Milei.

Iparraguirre y Martínez,  en diálogo con Buenos Aires/12, coinciden en el impacto en la economía que provocó la desregulación del sector, acompañado por la quita de subsidios y una desmejoría sistémica en el servicio.

“Sin duda la caída de la producción está asociada a un incremento desproporcionado de los costos y a un deterioro del poder adquisitivo de los consumidores, y ambos factores se relacionan con el aumento de tarifas”, sostiene Iparraguirre.

“El costo de la energía entra en una serie de condiciones para la producción como es la demanda interna, la competencia despareja con las importaciones, la cuestión impositiva, el valor del dólar, todas cuestiones que hoy en el modelo de Milei son perjudiciales para las empresas nacionales”, subraya Martínez.

Como representantes legislativos, uno en el Congreso y otro en la Legislatura, remarcan la importancia de visibilizar estas dificultades y pensar alternativas para potenciar la producción y acceso a la energía eléctrica. Y es que, como detalla a este medio la titular del Iaetes, Mara Rivera, para tener un rol estratégico en la materia debe funcionar con “tarifas justas y razonables para el pueblo con un servicio de calidad, y hoy no tenemos calidad del servicio ni tarifas justas”.

La lectura sobre el padecer de la industria bonaerense es consecuente con los números publicados en los últimos días por el ministro de Economía bonaerense, Pablo López. En la red X, exhibió un gráfico que muestra una caída del 6,4 en la actividad económica industria para el último bimestre en comparación con 2023.

Tomando el mes de marzo, en 2025 la utilización de la capacidad instalada industrial cayó 12,9 puntos porcentuales en relación a 2023. En 2024, el desplome fue de 13,9. El tercer mes de este año tuvo un uso de la capacidad instalada de apenas el 54 por ciento.

¿Hay futuro?

“En esta ocasión queremos instalar la idea de la energía y la industria como motor de cambio y crecimiento para el país, por eso invitamos a protagonistas con una vinculación estratégica al sector energético, como el INTI, las Pymes, el Congreso por las dificultades que atraviesa la industria nacional”, explica Mara Rivera, presidenta del instituto.

Así, también diertaron en el Congreso, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos; Héctor Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense; Pablo Gonzalez, ex presidente de YPF; y Federico Basualdo, ex subsecretario de Energía de la Nación, todos distribuidos en siete paneles a lo largo de ambos días. 

Rivera segura que la política nacional sobre generación, transporte y distribución de energía “está a la deriva”. “No está marcado un proyecto claro con los cambios que están haciendo, como la disolución de Cammesa o el debilitamiento del ENRE, único ente nacional que tienen los usuarios para reclamar sus derechos”, apunta.

María Rosa Martínez le pone una definición a esta situación: “El Gobierno Nacional no tiene política en materia energética, y sólo apunta a la extracción y a la exportación”. “Como en todos los temas que tienen que ver con la producción al gobierno no le interesa, no tiene políticas públicas y hoy solo está recogiendo los frutos de las políticas en energía de gobiernos peronistas”, indica la senadora.

Su mención alude al desarrollo de Vaca Muerta por medio de YPF y la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner. Esto permitió, como detalla Iparraguirre, que en 2024 haya una balanza comercial energética por encima de los 5.600 millones de dólares. El año pasado, Argentina exportó casi 9.700 millones de dólares entre combustibles y energía, un 12,1 por ciento de la totalidad de sus ventas al exterior. Para 2025, sostiene el tandilense, la balanza positiva llegaría a 7.500 millones de dólares.

El diputado destaca que Argentina, en tanto país productor de energía, “está en condiciones de garantizar el acceso a servicios de forma accesible para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y fortalecer la competitividad de otros sectores productivos, permitiendo, a su vez, la rentabilidad de las empresas del sector, y garantizando el marco propicio para las inversiones privadas y públicas necesarias”.

Foco provincial

El gobierno de Axel Kicillof suele apunatar contra la política energética con el Gobierno nacional. Desde sus inicios, cuando Nación mandó a “comprar grupos electrógenos” a los ciudadanos mientras la Provincia desarrolló un plan estratégico para evitar los cortes de luz en su jurisdicción, hasta la demanda por obra pública que fortalezca un sistema deteriorado, en partes obsoleto y que no acompaña al 50 por ciento de la industria nacional que se aloja que en la provincia de Buenos Aires.

La senadora Martínez apunta que los ataques de Milei sobre Kicillof dejaron como saldo, entre otras cosas, que la provincia pierda una inversión de 30 mil millones de dólares en Bahía Blanca. Allí debió construirse una planta de licuefacción de gas, pero el Presidente decidió mudarla a Río Negro. Hace días, finalmente, la empresa Petronas decidió abandonar la propuesta que llevó casi una década de estudio y planificación.

“Contrario a lo que se piensa muchas veces, la Provincia de Buenos Aires tiene un rol determinante a la hora de pensar el sector energético nacional”, remarca Iparraguirre. Por su volumen de consumo al ser la provincia más poblada del país y con mayor capacidad industrial, “por concentrar la mayor capacidad de refinación, por contar con la mayor cantidad de plantas de generación térmica, pero también por razones vinculadas a la potencialidad del desarrollo de otros sectores que pueden representar un activo para la política energética nacional como la explotación offshore o las energías renovables, entre otros”.

 

Martínez, por su parte, señala que “hay que planificar en una matriz diversificada, con energías renovables y limpias”. “Se viene trabajando en eso y según datos del Ministerio de infraestructura bonaerense, desde 2019, la capacidad instalada correspondiente a energías renovables creció un 838 por ciento en la provincia”, destaca.