Hace tiempo que la nueva modernidad nos transfirió el cerebro fuera del cuerpo. De ahí que podamos llevar la cabeza en el bolsillo y tener la sólida impresión de que perder el celular equivale a perder la cabeza. Hoy es tu conciencia, lo sabe todo de ti.
Algo así le paso a la jueza Julieta Makintach. Habitaba un mundo donde tomó por realidad lo que solo eran sombras: la caverna de Platón más Netflix, más Prime,DisneyAppleHoy descubrimos que su vida era una “serie”, de las malas. ¿De compra y venta? Todavía no lo sabemos.Que los focos se mantuvieran encendidos después del juicio, obsesionada con el “famoseo” y sus apariencias de éxito.Una justicia guiando al pueblo que mordisquea aquí y allá, que embiste, miente, estafa.