¿Cómo le va, lector? ¿Cómo anda? De verdad esta semana se lo preguntamos con mucho respeto y cuidado, porque, bueno, quizás es la última vez, en este año, que nos puede dar una respuesta racional. 

Se vienen semanas de mucho brindis. Mucho movimiento. Siempre confiamos en usted, pero también sabemos, que con unas cuantas sidras y unas cuantas marchas, uno no es el mismo. Se des-reprime, cosa que viene muy bien, ya que, lamentablemente, hay demasiada gente involucrada en reprimir, incluso en esas mismas marchas, e impedir que el pueblo exprese su alegría y la comparta, a viva voz, con aquellos que se la están haciendo posible: léase Poder ejecutivo, legislativo, judicial, policial, ficcional, servicial o supercalifragilisticespiralidocional, según el caso.

Porque es evidente, y si no lo fuera, el gobierno estaría dispuesto a sacar un decreto que lo haga evidente, que la gente está contenta. Lo dicen los grandes medios. Lo dicen los jueces. Lo dicen algunos diputados y senadores “supositores”. Lo dicen los grandes empresarios. Lo dicen los fondos buitres. O sea que es verdad. Y si algunos dicen otra cosa, es porque están escuchando mal y le dan prioridad  a su propio estómago que a una empresa en Panamá ¡No hay que ser xenófobo!

Entonces, puestos a brindar, la gente sale a la calle con su botella, y se acerca al Congreso, a la plaza, a la reunión de la OMC,. Las multitudes  van masivamente a decir “¡Gracias, Tenkiu , Mercíbocú, Bolshoispasivo, Tánkeshen, Shnorhakalut’yun, Todarrabá, Grapaciapas, Muitasgrasas, Xiexie, Shukran,  Yuspagara, Tantegrazie, Takk (en noruego, no nos deporten, plis) Dankon, Arigató!” 

En todos los idiomas posibles, para que el gobierno, sus funcionarios y representantes diversos, sepan que el pueblo ya está lo suficientemente satisfecho, y ¡No quiere más! 

Porque eso es lo que este gobierno invisible de mercado no termina de entender. ¡No hace bien tanta alegría, no hace bien tanta satisfacción, los argentinos estamos sufriendo bulimia nacional!

“Tanta alegría seguida me va a hacer mal /Vengo con un ritmo que no puedo pilotear /Tanta alegría seguida me va a enfermar“

cantan Los Auténticos Decadentes. Por favor, que nadie vez en este nombre la menor alusión a las fuerzas gubernamentales, ni a sus aliados, amigos, entenados, familiares recién nombrados en cargos públicos con altos ingresos, padres blanqueadores, nada de nada de nada. ¡Jamás los trataría de decadentes a quienes propusieron cambiar el futuro por el pasado, a quienes proponen reeditar la expedición al desierto, a quienes tratan de volver a relaciones laborales abolidas en 1813! 

¡ Eso no es decadencia… es… es… disculpe el lector, se me ocurren algunas palabras que, por acertadas que puedan ser, no acompañan al buen gusto que suele ser parte del estilo de esta columna, pero confiamos en su capacidad de imaginarlas. ¡ sea creativo!

Decimos entonces que el pueblo va al congreso, o a la plaza, o a donde sea, para brindar con su gobierno  por la reforma jubilatoria, la laboral, la tributaria

Nos imaginamos a las multitudes,  quizás un poco ebrias, salvo quienes las conducen. Los argentinos respetamos a pie firme la norma esa de “ si bebe no conduzca, si conduce, no beba”, así que nuestros lideres podrán hacer un paro por el impuesto a las ganancias y no hacerlo por mas de cien mil despidos, porque capaz que justo ese día tuvieron un brindis y no estaban como para conducir, vaya uno a saberlo.

Pero la realidad es que la gente quiere decir 

* Basta de tantas reparaciones jubilatorias que les permiten a nuestros abuelos estar más sanos ya que si se enferman no pueden comprar los remedios! 

* Basta de tantos productos importados, que nos hacen sentir que nos estamos aprovechando del resto del mundo… ellos e la pasan produciendo, y nosotros nos aprovechamos de nuestra riqueza vacuna y les sacamos todo! 

* Basta de reformas laborales que les permiten e nuestros trabajadores hacer marchas a la plaza los días martes, miércoles y jueves, ya que pueden compensarlas trabajando los domingos, ol bien, retirarse y no trabajar nada!

* Basta de tarifazos, que hacen que las empresas responsables de los servicios se sientan culpables por ganar tanta plata y piden que vuelva el populismo!

n Basta de persecución judicial a ex funcionarios opositores… eso es discriminatorio… ¡los funcionarios actuales tienen el mismo derecho de ser perseguidos por algún juez,  si esa fuera su manera de satisfacerse!

Y por eso la gente aprovecha estas fiestas para movilizarse más. Además ¿Vio lector., que las fiestas siempre son problemáticas, porque de pronto uno tiene demasiada familia y no tiene donde meterla, o como hace para pasarla al mismo tiempo con los padres, los suegros y los recontratíos, que al vez tienen otros parientes? 

Bueno, ahora la cosa se resuelve. ¡Todos a la plaza, cada uno lleva lo que lleva, brinda con quien quiere brindar, y a ese cuñado neoliberal que mitra el diario de ojito, puede decirle “ hubiera querido brindar con vos por la victoria, pero ¡qué lástima que no viniste…!” 

Y todo en paz.

¿Todo? No, todo no. En las redes sociales, parece que la gente no se reconociera ( será porque casi todos usan seudónimos,  avatares, perfiles, arrobas, hashtags y antifaces varios? No lo sabemos. La realidad es que, a diferencia de la calle, donde todos nos abrazamos y no paramos de abrazarnos, en las redes la gente se insulta, se putea, conduce y bebe a la vez, se enoja con quien no conoce ( con lo que evita conocerlo/a alguna vez), y se insulta con palabras, letras, consignas, interjecciones, frases, abreviaturas, imágenes, emoticones…¡ todo lo que tiene a mano, lo arroja sobre el pobre prójimo que no está allí, pero hace como que sí!

¿Para cuando la ley que prohíba los duelos virtuales? Cierto que de eso no muere nadie, pero… quizás la cultura queda un poco mal herida. 

De todo esto lector, trata este suplemento

Hasta la semana que viene.

@humoristarudy