Wicked: For Good, la esperada secuela del musical de Jon M. Chu, explorará las complejidades de la relación entre Elphaba, conocida como la Malvada Bruja del Oeste, y Glinda, la afamada bruja del Bien, en un Oz dividido entre la verdad y el poder. La narrativa se profundiza con la llegada de Dorothy, la joven de Kansas que alterará el orden establecido.
Con un éxito de taquilla que superó los 750 millones de dólares, la continuación de Wicked ha generado grandes expectativas entre los seguidores del musical original y los nuevos fanáticos de la saga cinematográfica. Tanto Chu, el director, como el reparto, que incluye a Ariana Grande como Glinda y Cynthia Erivo como Elphaba, prometen una entrega llena de sorpresas. La trama se complica con la llegada de Dorothy, interpretada por Alisha Weir, quien añade un giro inesperado a los ya tensos vínculos entre los personajes y sus ideologías.
Música y producción: el núcleo de la secuela
Revivir la magia musical de Wicked era esencial para esta continuación. Los números musicales, integrados con cuidado en la película, sirven como puente emocional y narrativo entre escenas cruciales. La inclusión de No Good Deed y For Good subraya los conflictos internos de las brujas, mientras que las nuevas composiciones de Stephen Schwartz son descritas como "necesarias para contar verdaderamente la historia". La producción, meticulosa, plantea nuevas dimensiones de Oz, y la fotografía de Alice Brooks promete un despliegue visual del mundo mágico que impresionará a las audiencias.
En esta esperada secuela, los seguidores verán cómo las decisiones del pasado afectan el presente de los protagonistas. Elphaba lucha no solo con su reputación, sino con un régimen opresivo que desafía su misma existencia. Las decisiones de Glinda revelan una profundidad antes inexplorada, mientras que Dorothy, la recién llegada, es tanto un nexo de cambio como un símbolo de las posibilidades y peligros del poder individual.