Tras más de una década de dominio en la industria del pop, Ariana Grande regresó a sus raíces teatrales interpretando a Glinda en la película Wicked de Universal Pictures. La cantante, reconocida por su excepcional rango vocal y su capacidad para conectar con audiencias globales, revive la magia del teatro musical que ha influido profundamente en su carrera y personalidad.

El inicio de una historia de amor con el teatro

Desde sus primeros pasos en la producción de 13 en Broadway a los 15 años, Ariana Grande encontró en el teatro un hogar. Aquella obra adolescente no solo fue su debut profesional, sino que marcó el comienzo de una trayectoria artística basada en el amor por el musical. Como muchos de su generación, creció tarareando las canciones de Wicked, anhelando un día no solo cantarlas, sino encarnar esas historias en el escenario.

Su admiración por Kristin Chenoweth, la Glinda original de Broadway, es bien conocida; ambas han expresado públicamente su mutuo amor por el musical en entrevistas y redes sociales. Este vínculo entre Grande y Wicked representa una historia personal y significativa en la vida de la artista.

Transformación vocal y preparación intensa para Wicked

Asumir el rol de Glinda demandó un esfuerzo vocal diferente al habitual en la carrera musical de Ariana Grande. Adaptarse al rango de soprano coloratura, característico del personaje, implicó meses de entrenamiento con el aclamado coach vocal Eric Vetro. El desafío de ajustar su voz para alcanzar los tonos emblemáticos de Glinda demostró el gran compromiso y dedicación que invirtió en esta interpretación.

Este proceso de transformación no solo evidenció la versatilidad de Ariana Grande como artista, sino también su habilidad para adaptarse y evolucionar frente a nuevos retos artísticos. "Es muy diferente a lo que hago en mi carrera pop", afirmó Grande en entrevistas, destacando las complejidades de compaginar su trabajo musical con las exigencias teatrales.

Impacto cultural de Wicked y el papel de Ariana Grande

Wicked es más que un simple musical; es un fenómeno cultural. Su capacidad para abordar temas contemporáneos como el racismo, las desigualdades sociales y la corrupción política desde una perspectiva mágica e introspectiva lo ha mantenido vigente en la cultura popular durante más de dos décadas.

En esta versión cinematográfica, el diálogo entre el teatro y el cine cobra vida gracias a actuaciones destacadas, como la de Cynthia Erivo en el papel de Elphaba, la Bruja Mala del Oeste. La interacción entre Erivo y Grande potencia la conexión de sus personajes, haciendo palpable tanto el conflicto como la amistad.

El papel de Grande no simboliza únicamente un logro personal, sino también una oportunidad para que nuevos públicos descubran el teatro musical y su profundo impacto. En conversaciones con otros actores del elenco y el director Jon M. Chu, la actriz ha subrayado la vitalidad y relevancia de Wicked en tiempos donde el entretenimiento puede fomentar la reflexión social.