Como parte del combo de malas noticias para la industria cárnica provincial, el histórico frigorífico Anselmo de Tres Arroyos despidió a 26 trabajadores. La caída histórica en el consumo y el derrumbe de las exportaciones ya habían generado la paralización del frigorífico Las Heras y despidos en el de Azul. Encima, ahora se sumó el ingreso de carne desde Brasil

“Para la ciudad es una catástrofe”, señala Néstor García, secretario general del Sindicato de la Carne de Tres Arroyos. En paralelo, ocupa la Delegación del Ministerio de Trabajo de la provincia, y advierte que los números de despedidos no dejan de crecer. Cuenta que fueron dos en enero, 2 en febrero, 13 en marzo, 17 en abril y, ahora en mayo, se sumaron los trabajadores del frigorífico.

García advierte que, desde principios de 2025, se vino para atrás toda la producción. “Los precios se fueron a la miércoles y hoy tenemos que los últimos cuatro balances del frigorífico dieron negativos”, indica. Y toma un ejemplo de la calle: “El carnicero que te dice que vende más de dos media res por día te miente, cuando antes vendíamos en 4 o 5”.

El dirigente gremial advierte que el consumo de la carne lleva quince meses consecutivos de caída y el derrumbe en las exportaciones provocó que frigoríficos de mayor escala vuelquen su producción al mercado local, rompiendo la competitividad de los más chicos. Es que Anselmo es un establecimiento que ahora quedó con 80 trabajadores, mientras que, a 200 kilómetros, por ejemplo, está Natural Beef en Azul con más de 800.

El frigorífico azuleño también echó alrededor de 40 empleados semanas atrás a raíz de que México, uno de sus principales destinos de exportación, cerró el grifo de las compras tras una inspección sanitaria. A partir de entonces, la faena del establecimiento de Azul comenzó a ingresar en mayor medida al mercado interno, apunta García.

El dirigente repara en la desregulación de instituciones como el Senasa, lo que, a su juicio, imposibilitó prevenir el conflicto con la industria mexicana. “Los mexicanos llegaron antes que los inspectores argentinos, es una locura lo que está pasando”, sostiene.

La caída de Anselmo

Desde la Cámara de Industrias Cárnicas de la provincia de Buenos Aires, aseguran a Buenos Aires/12 que dentro de sus cuarenta plantas aún no hay despidos. De todas maneras, sostienen que “la venta está muy dura, sumado a que empezaron las importaciones desde Brasil de carne vacuna y el principal destino de las mismas es el AMBA”.

Dentro de los frigoríficos asociados a Cainca, está Frigomayo. Al frente del establecimiento está Ernesto Ramírez, quien tuvo un enfrentamiento con el intendente Ramiro Egüen de 25 de Mayo para mantener planta abierta. Sobre el contexto actual, señala a este diario que está operando a un 70 por ciento de su capacidad “pero con el doble de gastos”.

El mismo escenario describe García. Agrega que el destino de la producción de Anselmo siempre estuvo dirigida, principalmente, al mercado interno, pero se estaban haciendo modificaciones en las instalaciones del frigorífico para poder exportar. “Pasa que con el dólar más barato conviene meter la exportación adentro”, advierte.

La caída del consumo, situaciones como las del frigorífico de Azul y las complicaciones por las importaciones, gestaron un paquete insalvable para una planta que, según García, necesita faenar un mínimo de 2 mil cabezas para mantenerse en pie. Este último tiempo no superó las 1.500 mensuales.

Asegura que desde el Grupo QBR que hoy en día lleva las riendas de la planta, tienen la intención de continuar abiertos y apuestas a un ordenamiento de sus costos para mantener la sustentabilidad. “Sabemos que como sindicato es difícil de hacerlo comprender, pero hay que entender cuando una empresa no da dividendos y uno tiene que hacer todos los esfuerzos para mantener todos los puestos de trabajo posibles”, indica.

El dirigente explica que los trabajadores decidieron la estrategia en Anselmo mediante una asamblea. La opción elegida fue la de optar por retiros voluntarios mientras el pago cuadre dentro de la ley.

Cuenta que el frigorífico pasó por varias etapas complicadas en sus casi cien años. El emprendimiento nació en 1930, aunque recién fue una empresa consolidada en 1954 y constituida como sociedad Frigorífico Anselmo S.A. en 1960.

Recientemente pasó por varios dueños, puntualmente, durante el macrismo. En 2016 llegó a manos de Santiago Bracco, quien se lo compró a la familia Hernández. Al año y medio, lo vendió al empresario local, Nicolás Ambrosius. Previo a la pandemia, el nuevo titular fue señalado como artífice de una situación crítica que dejó sueldos impagos y un peligro de cierre definitivo. Al poco tiempo, tomaron las riendas los dueños actuales.

Para los tresarroyenses, Anselmo es parte de su historia. Ubicado en la intersección de la Ruta 228 y la avenida Constituyentes de la ciudad, cuenta en una misma planta con mataderos habilitados para especies bovina, porcina y ovina, totalmente individuales uno del otro, y una completa fábrica de chacinados. Esta condición, asegura García, lo posiciona en un lugar destacado dentro de los frigoríficos de la provincia.