"Estas facultades que les llaman mucho la atención a algunos de tus colegas ya están en el Código Procesal Penal", refutó el exministro de Seguridad, Marcelo Sain, sobre el decreto publicado este martes en el Boletín Oficial.

En diálogo con la 750, Sain contradijo las versiones publicadas en varios medios de comunicación sobre el tema y aseguró que las requisas ya están habilitadas desde 1958, en el artículo 5º de la Ley Orgánica de la Policía Federal Argentina, decreto ley 333, y que sólo hubo una modificación en 1991 que llevó de 24 a 10 horas de permisión la facultad de detención sin orden judicial: "Es una vergüenza para toda la clase política argentina", subrayó el licenciado en Ciencias Políticas y exministro. 

"Es una buena noticia que haya un gobierno después de la instauración de la democracia que meta mano en la Policía Federal Argentina, porque hasta ahora fue una institución intocable", sorprendió el autor de Por qué preferimos no ver la inseguridad (2017). 

En esa línea, Sain hizo una autocrítica en nombre del peronismo por la ausencia de reformas durante los 12 años de gobierno kirchnerista y los cuatro de Alberto Fernández. "No les hicimos ni cosquillas", ironizó el exministro. 

Sobre el ciberpatrullaje, consideró que, al igual que un móvil de la fuerza en la calle, la policía debe controlar la comisión de delitos en las redes sociales y que de ninguna manera implica una infracción penal, ni amenaza a la institucionalidad democrática. 

"Y si hubiese la comisión de algún delito, tendrán que notificar a las autoridades judiciales porque cualquier tipo de intervención que supusiese algún tipo de autorización jurisdiccional no puede traspasar ese permiso", completó Sain en Escuchá Página/12.

Un problema más acuciante en términos de "excesos" de las fuerzas federales es la Dirección de Inteligencia Criminal, un régimen especial de espías que existe desde 1958 y que corresponde a la vieja Coordinación Federal. "En realidad, es una estructura aparte de la oficialidad que ningún gobierno tocó y que hoy sigue vigente y que tiene 1200 efectivos y facultades ilegales de espionaje político. Esto lo hemos dicho hace décadas, se lo dijimos a todos los funcionarios de nuestro gobierno", cuestionó. 

Ilegal no, pero reforma tampoco

La verdadera reforma la hizo Mauricio Macri en 2016, repasó Sain, cuando sacó el servicio de seguridad preventivo e investigativo de la Ciudad de Buenos Aires y lo transfirió al gobierno nacional. "Le sacó el corazón a la institución", resumió el exministro. Luego de esto, la Policía Federal se transformó en un fantasma, una institución sin norte que se engrosó muchísimo y hoy cuenta con 32 mil integrantes. 

Devolverla a su función de institución de investigación criminal y de custodia especial para la protección de autoridades y establecimientos federales fue una propuesta histórica del propio Sain, reveló el exministro de Seguridad santafesino.

Sin embargo, no todas fueron flores para el gobierno de Milei. Por un lado, Sain aseguró que el decreto está muy mal redactado y que en la letra de la resolución "se nota que nadie entiende" de taxonomía normativa. Por otra parte, queda abierta la pregunta por las tareas que realizarán los 32 mil efectivos. Además, el presupuesto pone en duda la importancia que le da el Ejecutivo al control del crimen organizado, una de las proclamas ministeriales respecto de la Federal. 

"En el presupuesto actual sólo le dedican al control del crimen organizado el 9 por ciento del presupuesto operacional, con lo cual el hecho de que la Federal es una institución de control del crimen organizado es verso", sintetizó. 

Lo que sí se modificó ahora fue la estructura de mando superior que está redactada en el anexo del decreto y a la que Sain describió como "hiper macroencefálica". Según dijo, se trata de una modificación que permitiría al gobierno garantizarles lugar a comisarios generales y mayores para que no se detone una interna dentro de la policía. "Y las internas de la policía se reflejan con sangre en la calle. Entonces crearon nueve superintendencias, siete direcciones generales, todo eso dependiendo de dos grandes departamentos", detalló. 

Y continuó: "Además, cada uno de estos tipos que se creen jeques árabes tienen veinte asistentes, el que les lleva el mate, el que los despierta a la mañana, los choferes, los custodios. Es la única burocracia estatal que tiene una serie de séquitos histórica y que nunca me lo expliqué". 

La motosierra no llegó a la Federal. La cantidad de oficiales es un problema histórico de la fuerza, según precisó el exfuncionario. Y siempre que se amagó con una reforma, se enviaban efectivos de la fuerza al interior del país para que la política se concentrara en los que quedaban en la Capital Federal y no se redujera tanto la dotación de personal. 

"Como la clase política argentina, peronista o no peronista, de esto no entiende una jota, ellos fueron creando una estructura que duplicaron y los legisladores de todos los partidos lo votaron sin ningún cuestionamiento y ahora no sabés dónde meterlos", reveló.