El gobierno anunció que los particulares podrán importar vehículos nuevos o usados desde el exterior sin necesidad de intermediarios, siempre que se trate de modelos no producidos en países del Mercosur. El esquema permitiría traer vehículos desde Chile, país donde los autos tienen un precio promedio de 22.000 dólares, sin pasar por concesionarios ni terminales automotrices. Un punto que llama la atención es que ARCA sigue prohibiendo traer productos como televisores, pero ahora deja traer un auto.

La nueva modalidad habilitaría a los viajeros a regresar directamente manejando un 0Km adquirido en Santiago, Temuco o Punta Arenas, ciudades donde ya es común que los argentinos crucen a comprar electrónica, ropa y calzado. Hasta ahora, la normativa argentina impide ingresar al país con electrodomésticos grandes como heladeras o lavarropas comprados en Chile, pero, de concretarse la medida, se permitiría el ingreso de vehículos, a pesar de su peso y volumen.

En el segmento más económico del mercado chileno, destaca el Suzuki Alto GL, un citycar de origen indio que cuesta unos 7678 dólares. Por su parte, en Argentina, uno de los modelos más accesibles es el Renault Kwid, que ronda los 20.000 dólares.

Importar el Suzuki desde Chile implicaría asumir varios costos: al precio FOB se deben sumar un seguro, arancel del 35 por ciento, tasas por el 3 por ciento, impuestos internos del 10 por ciento y el IVA del 21 por ciento. Así, el precio final rondaría los 16.000 dólares. Además, el trámite para circular legalmente en Argentina exige dos licencias clave: la Licencia de Configuración de Modelo (LCM), que expide el INTI, y la Licencia de Configuración Ambiental (LCA), otorgada por la Subsecretaría de Ambiente.