Como parte de la represión, los uniformados se ensañaron con un anciano. El hombre estaba en la vereda cuando un grupo de policías lo rodeó, lo roció con gas pimienta en la cara y, por si fuera poco, un policía le dio un cachiporrazo en la espalda. Los efectivos se fueron dejándolo maltrecho. Por lo que se aprecia, el anciano estaba sólo mirando.