En su natalicio, celebramos a Octavia Estelle Butler (Pasadena, 22 de junio de 1947 – Lake Forest Park, 24 de febrero de 2006) como una autora que abrió caminos en un género históricamente blanco y masculino. No solo escribió historias: construyó un lenguaje de supervivencia. Desde su fe bautista hasta su formación política en los años duros del Black Power, pasando por una infancia entre mujeres trabajadoras, su narrativa tensionó las estructuras de poder con espiritualidad, ciencia ficción y deseo. Su legado late hoy más vivo que nunca.
Fue la primera escritora negra de ciencia ficción publicada, y la primera en ganar los prestigiosos premios Hugo y Nebula. En 1995 recibió la beca “Genius” de la MacArthur Fellowship, para genios creativos. En el 2000, recibió el premio Premio PEN West a la Trayectoria por su obra. En 2005 obtuvo la Langston Hughes Medal y en 2010 fue incorporada al Science Fiction Hall of Fame.
Si bien algunas de estas becas y galardones, le facilitaron su pasar económico durante sus últimos años, es importante destacar que durante gran parte de su carrera tuvo que arreglárselas cómo pudo para seguir escribiendo entre trabajos mal pagos, recibiendo infinidad de notas de rechazo, una y otra vez. Pero la persistencia y lo que ella llamó la obsesión positiva, pudieron más. En la web oficial del Octavia Butler Estate describen que:
“Durante estos años de oscuridad, Butler, siempre madrugadora, se despertaba todos los días a las 2 de la mañana para escribir, y luego se ponía a trabajar como teleoperador, inspector de patatas fritas y lavaplatos, entre otras cosas.(...) Cuando sus novelas distópicas que exploraban temas como la injusticia de los negros, el calentamiento global, los derechos de las mujeres y la disparidad política no tenían, como mínimo, demanda comercial.”
Butler se definía sin rodeos: “Soy una pesimista, sino tengo cuidado; una feminista, negra, de formación bautista, una combinación como el agua y el aceite de ambición, pereza, inseguridad, certeza y empuje.”
Octavia creció entre mujeres, ya que su padre murió cuando era muy pequeña. Su madre y su abuela, ambas bautistas, marcaron su visión del mundo. A partir de sus vivencias y reflexiones sobre el trabajo de su madre como empleada doméstica decidió escribir una de sus novelas más célebres Kindred (Parentesco), dónde una joven afrodescendiente viaja en el tiempo desde Los Ángeles en 1976 al Maryland esclavista del siglo XIX.
En una entrevista Butler contó cómo fue que comenzó a escribir ciencia ficción:
“Estaba escribiendo mis propias historias y, a los 12 años, vi una película de ciencia ficción mala Devil Girl from Mars y decidí que podía escribir una historia mejor. Apagué la televisión y me puse a intentarlo, y desde entonces he escrito ciencia ficción”.
Esa primera historia de ciencia ficción fue la base de su primera novela publicada, Patternmaster, próxima a ser adaptada por Amazon Studios y JuVee Productions (la productora de Viola Davis y Julius Tennon) en una serie dramática coescrita por Nnedi Okorafor y Wanuri Kahiu, quien también dirigirá.
Ya desde los años 80, en un ensayo titulado “La perdida de razas en la Ciencia Ficción” Butler exigía la importancia de crear futuros posibles donde los negros y las negras sean protagonistas:
“Existen, por supuesto, excepciones. Pero en su mayor parte, la ciencia ficción parece ser una ficción de la clase media blanca estadounidense. Y hasta cierto punto, esto es comprensible. Los escritores tienden a escribir sobre personas que se les parecen. Pero esa tendencia ha ayudado a crear una tradición de negligencia y omisión. No es más necesario enfocarse en la negritud de un personaje que en la feminidad de una mujer. Pero tampoco es aceptable ignorar el hecho de la negritud o de ser mujer. Ambas son partes legítimas de la composición de un personaje, su trasfondo, cultura, raza, sexo, y ambas pueden usarse para provocar la catarsis emocional de la ficción sin recurrir a estereotipos.”
Kindred, publicada en 1979, fue adaptada para plataformas por FX/Hulu en 2022. Parable of the Sower, novela de 1993 que anticipa el colapso climático y social de Estadios Unidos también será llevada a la pantalla. La directora Ava DuVernay, figura clave en la industria, producirá una adaptación de Dawn (Amanecer), primera parte de la saga Xenogénesis, dónde la autora explora los efectos de la ciencia y la tecnología, la guerra nuclear, la hibridación, las relaciones de poder y las desigualdades raciales propias de nuestra especie. Nia DaCosta, directora de Candyman (2021), dijo sobre ella: “Octavia Butler fue la primera autora en mostrarme que el horror podía ser político, personal y negro al mismo tiempo.”
En Argentina, se publicó una sola de sus obras. En 2020, la editorial Consonni publicó Hija de sangre y otros relatos, con traducción de Arrate Hidalgo. Novela descripta por Mariana Enriquez cómo la puerta de entrada a su obra; por ser a la vez, casi una excepción, ya que contiene relatos breves y cuentos, pero presenta sus principales temas de ocupación: la raza, el género, la enfermedad, la sexualidad y el poder.
En su escritura, vibra una certeza: narrar es resistir. Mujer, negra, feminista, espiritual y conciente, Butler sigue enseñándonos que reivindicar nuestras historias, nuestros cuerpos y, sobretodo, nuestras voces es un acto político. Sentir, pensar y hacer que el arte y la ciencia ficción no sean únicamente entretenimiento. La urgencia y la necesidad de sus comunidades neo futuristas siguen vigentes e invitan a crear futuros distópicos (pero posibles) dónde las comunidades negras sean protagonistas.
*Realizador audiovisual ENERC. Activista antirracista de DIAFAR.