Luego del encuentro, algunos periodistas se acercaron a saludar a Lula, que anunció su participación en un partido el próximo fin de semana organizado por los campesinos sin tierra, en el interior de San Pablo, al que fue invitado Diego Armando Maradona pero que no podrá estar en el evento. “¿Le gustaría jugar con Maradona?”, preguntó PáginaI12 al líder del PT en medio de un enjambre de colegas. “Será un gusto, esta vez no pudo, pero ya habrá otra, todavía estoy en estado para jugar un rato” respondió este fanático del fútbol, deporte al que echa mano para hablar de política. Así lo hizo por lo menos dos veces en la cita de ayer. Cuando dijo que si vuelve al poder será prenda de paz para reconciliar a los enfrentados por razones políticas: que los hinchas de “Palmeiras y Corinthians puedan viajar en un ascensor” sin pelearse y esto se refleje en la relación del PT y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña, del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. Y se comparó con el dos veces campeón del mundo Mané Garrincha (1958-1962). “A Garrincha le decían que era la alegría del pueblo, pero él decía que el pueblo era su alegría. Igual que a mí, el pueblo es la razón de mi vida, no me conformo al ver cómo han vuelto los niños a pedir limosna y durmiendo bajo los puentes.”