La pelota no se mancha, directamente se prende fuego. Así comienza 90 minutos (estreno de mañana por Universal+), la comedia que sigue a un club a punto de ser descalificado de una liga amateur por su largo historial de trifulcas en cada partido. Sucede en Ecatepec de Morelos, un municipio tan picante como Los Navajas; al equipo sólo le quedan dos opciones: ganar el campeonato y con el premio saldar sus deudas, o desaparecer para siempre. Los diez capítulos de la serie creada por Joe Rendón suceden entre zancadillas, algún que otro gol, varios "hijo e la chingada", y la fábula de un “barrio bravo unido en la gracia y la desgracia”.
El team que comanda Don Gil (Álvaro Guerrero) tiene rivales de fuste como Los Ecatepeques, Los Mercury, La mano de Dios y Los bigotes de la 12. Su propia plantilla parece un remedo de un recordado spot mundialista de CTI donde desfilaban troncos que nunca pudieron jugar un mundial. Su última salvación es convocar como técnico a “El Veneno” Montoya (José María de Tavira), el último ecatepense en llegar a jugar para su selección y que vivió en carne propia el mito de Oliver Atom de Los Supercampeones (cada escena guarda algún guiño metafutbolero). Esta Ted Lasso pasada de chile, también habla de segundas oportunidades, perseverancia y la posibilidad de redimirse al compás de una pelota maltratada.
Más allá de su sarcasmo y virulencia estética, la ficción también busca tocar fibras reconocibles a cualquiera que haya pasado por un club de barrio. “Desde que nos apagamos, el barrio se está apagando, me da miedo que desaparezca la magia”, dice alguien por allí. Así es como 90 minutos tiene como contracara a un multimillonario y nepobaby que quiere convertir la cancha en un floreciente casino mediante sobornos y engaños. “Esto sucede en un suburbio que podría ser el de cualquier ciudad latinoamericana”, explica su creador entrevistado por Página/12 junto a su protagonista.
-¿Por qué crees que, a diferencia de otros deportes, al fútbol le ha costado encontrar su estrategia narrativa y audiovisual?
Joe Rendón: -Es algo meramente técnico. Es muy difícil filmarlo. Cuando me dije “ok, vamos a hablar de fútbol”, decidí mandarlo al mundo amateur para que la destreza, los golpes y la energía que tuviera que ver con el deporte en sí no se viera como lo que usualmente pasa. No le pega. Hay una desconexión entre lo que está en pantalla y lo que sientes. El fútbol tiene una inmediatez que es muy difícil de captar. Creo que le logramos hacer justicia porque en el futbol amateur hay una disociación entre lo que sientes que haces frente a cómo lo estás ejecutando. Hay mucha comedia ahí.
- La historia de tu personaje es la de la promesa trunca. ¿Cómo fue la construcción de Veneno?
José María de Tavira: -Más allá de ser un futbolista, el Veneno es un héroe clásico. Tuvo toda la oportunidad de brillar cuando era joven, vivió una tragedia y ahora se la pasa encerrado en una cueva, triste y amargado. Y la vida le ofrece esta chance de redención para ayudar a su comunidad para luchar por sus sueños. En México es conocida la histroria de César Andrade, quien debutó en Primera División de muy chico y a los pocos meses tuvo que ser amputado por un accidente. Pero no es que me basé en un jugador en particular. La verdad que el Veneno no llegó a tener la carrera que hubiera deseado, así que no tiene nadie con quien lo podamos asimilar.
J.R.: Salvo por el corte de pelo de Ivo Basay (risas).
J.M. de T.: - Eso es cierto, tiene un estilo muy noventoso como el del chileno que aquí jugó en el Necaxa. Tenía que ser como él.
-Los jugadores de Los Navajas tienen apodos fantásticos (XX, Zinedin, el Gama, Ganghi) y en su bravura recuerdan al Bofo Bautista. Al menos juegan sus partidos como si fueran profesionales de la malicia...
J.R.: -Es genial que se lo recuerde al Bofo. José María me dice que yo juego como él. Un día al ángulo y otros a la madre. Y así son Los Navajas, no son los más virtuosos, pero si ganosos y peleones. El universo del fútbol amateur es increíble.
J.M. de T.: -Totalmente, cuando estás ahí te crees Zlatan Ibrahimović y luego llegas a meter un gol a un señor de 65 años y lo recuerdas por toda la semana orgulloso de como la clavaste contra el poste.
J.R.: -El fútbol amateur te permite llegar a un lugar muy bonito e inocente. El mundo no tiene muchos espacios reservados para ello. Es realmente embriagante y 90 minutos quiere explorar eso mismo.
Programados
* En el barro tendrá su estreno por Netflix el próximo 14 de agosto. La nueva serie de Sebastián Ortega retoma el universo de El marginal pero con mujeres. En la prisión de La Quebrada, Gladys Guerra “la Borges” (Ana Garibaldi) y un grupo de condenadas sin historia previa en el mundo carcelario, viven una situación límite que las unirá para siempre. El elenco se completa con la participación de Juana Molina, Gerardo “Sergio Antín” Romano, Rita Cortese, Marcelo Subiotto y Cecilia Rosetto.
* El gran guerrero llegará a Apple TV+ el próximo 1 de agosto. Esta oda a la historia de Hawái fue protagonizada, escrita y producida por Jason Momoa. Suerte de Vikings a la polinesia, y basada en hechos reales, sigue al guerrero Ka'iana (Momoa) en su intento de unificar las islas antes de la colonización occidental a finales del siglo XVIII.
* Flow y Telefe estrenarán AMIA: la serie en consonancia con un aniversario del atentado a la mutual en 1994. La entrega de 8 capítulos se inspira “en hechos reales para construir una historia de acción contemporánea donde las fronteras entre la verdad y la manipulación se desdibujan”, según reza su gacetilla. La historia sigue a Diego (Michael Aloni), un agente del Mossad cuya hermana murió en el atentado a la Embajada de Israel dos años antes. En su búsqueda de respuestas, se une a Gisela (Malena Sánchez) una periodista local, y juntos se adentran en un mundo de espionaje, agencias de inteligencia, tráfico de armas y secretos de Estado. La serie se estrena el jueves 17 de julio completa en Flow y un día después por tevé abierta.
El personaje
Renée Ballard de Ballard (Maggie Q). La mujer lidera la nueva unidad de casos sin resolver del departamento de policía de Los Angeles. Con recursos limitados y un equipo de voluntarios, enfrenta crímenes del pasado, amenazas del presente y los secretos de su propia historia. Hay un asesino serial dando vueltas, cameos del gran Harry Bosch (Titus Welliver) y una posible conspiración dando vueltas. Cosas que suceden cuando una agente es protagonista de su propio spinoff. Ya se la puede ver por Prime Video.