En el marco del Programa de Contenidos Transversales, la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR invita a participar de numerosos seminarios dedicados a temáticas diversas; entre ellas, el cine. Dentro de la cátedra Cine y lenguaje: Los sistemas audiovisuales, el realizador audiovisual y docente Pablo Romano ofrece este año el seminario Documentales. El arte de perder: ficción y memoria, de carácter gratuito y orientado al público en general, sean o no estudiantes de la institución. El seminario consistirá en clases virtuales y sincrónicas, durante los días miércoles de 19 a 21.30; y el comienzo está previsto para el 13 de agosto.
“Los seminarios del Programa de Contenidos Transversales están orientados a la transversalidad de las carreras de la Facultad de Humanidades y Artes, donde los estudiantes necesitan hacer una cantidad de seminarios optativos; y dentro de ellos, está la cátedra que presido. La particularidad es que lo puede tomar cualquier persona. Y como es online, facilita también la participación de una asistencia todavía mayor”, comenta Pablo Romano a Rosario/12.
“En la virtualidad encontré un formato con el que poder trabajar algunas cuestiones online que me resultaban interesantes; de pronto, comencé a contar con gente de varios lugares de Santa Fe, pero también de otros países. En los años anteriores, hubo muchísima gente que se anotó, y eso está bueno y es interesante. Este año decidí circunscribirlo al documental, con el título ‘El arte de perder’, que tomo de Mirta Rosenberg, una gran poeta rosarina; porque me parece que, al revés de esta idea totalitaria que tenemos, de querer abarcarlo todo, en el arte de perder hay cosas que uno va perdiendo en el registro, en la mirada, en la elección; pero también, de esa forma, se gana un punto de vista. Y creo que el documental, y el cine, es precisamente eso, un punto de vista”, continúa.
Con el título “Documentales. El arte de perder: ficción y memoria”, el seminario se propone trabajar los siguientes temas: Unidad I: Modos de ver. El caso de Imágenes del mundo y epitafios de guerra; Unidad II: El cine y sus inicios. Las empresas coloniales y el cine; Unidad III: Los paradigmas en la representación del exterminio; Unidad IV: La batalla por las imágenes. Los diarios filmados: Unidad V: El video y el cine. Lo experimental.
“Haremos un repaso sobre la historia del documental, desde sus inicios hasta hoy: y sobre su relación fascinante con las empresas coloniales. El documental nace a la luz de las empresas coloniales, que necesitaban saber qué sucedía con sus colonias. Para no hacer viajes de dos o tres meses, los empresarios mandaban a alguien a registrar esos lugares, donde tenían sus inversiones. Es uno de los grandes nacimientos del cine y una de sus grandes contradicciones. Revisitaremos diferentes movimientos del cine documental, a través de los años”, explica.
-La relación entre ese primer cine con la empresa colonial abre todo un interrogante.
-Hay una mirada etnocéntrica y colonial en el cine, de la que también se han corrido muchísimos realizadores, pero es algo clave en la historia del documental. Robert Flaherty con Nanuk el esquimal (1922), que se considera el primer documental, más allá de que hay experiencias previas, tiene un punto de contacto con el santafesino Alcides Greca y El último malón (1917), si bien es una película de ficción. Los dos tenían una impronta similar, al querer rescatar cosas de la cultura que se estaban perdiendo. En el caso de Flaherty, les pidió a los esquimales realizar ciertas acciones que habían sido dejadas de lado, como la caza de la morsa con arpones en lugar de armas de fuego; y Greca había hecho lo mismo en el caso de la caza de los yacarés, en el norte de Santa Fe.
-Es paradójico, porque son recreaciones; pero si no las hubiesen pedido, hoy no contaríamos con esos testimonios, que son de primera mano.
-Hay algo que me parece fascinante, y es el hombre -fundamentalmente el hombre blanco- que quiere rescatar elementos de lo que ellos consideran lo salvaje, y entonces les piden a estos salvajes que vuelvan a hacer esas prácticas, cuando en muchos casos -no en lo que refiere a la caza de la morsa o el yacaré- habían sido justamente censuradas por el mismo hombre blanco. Hay un documental precioso que es First Contact (1982), en donde van a un lugar en Nueva Guinea y llegan a nativos que no conocían al hombre blanco; como no conocían las armas de fuego, matan ante ellos a un chancho salvaje con un arma, para ver la reacción de los nativos. Esta idea también la reproducía Flaherty con el gramófono, haciéndoles escuchar música a los esquimales.
Entre tantas ideas que incentivan a Romano, hay una que destaca: “Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo algo que me interesa muchísimo, que es el sesgo de supervivencia. Luego de bombardear Berlín, se empezaron a mapear los impactos de bala en el fuselaje y en las alas de los bombarderos, para después hacer un diagnóstico y ver qué lugares tenían que reforzar. Hasta que llegó un matemático y les dijo que estaban haciendo mal el diagnóstico, porque lo hacían sobre los aviones que volvían y no sobre los que no lo habían hecho. Había que pensar en los que no sobrevivieron. La idea de ese matemático para mí es fascinante, hacemos diagnóstico sobre lo que sobrevive y no sobre lo que no sobrevive”.
El formulario de inscripción al seminario está disponible online.