Como casi todas las políticas públicas en Argentina, desde que asumió Javier Milei la proyección nuclear quedó en stand by. A punto de culminar la obra, la construcción del reactor modular Carem 25 quedará suspendida. En este marco, el jefe de Gabinete de Asesores de Javier Milei, Demián Reidel, renunció en las últimas horas a su cargo, aunque se mantendrá como presidente de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (NASA), a cargo del “Plan Nuclear Argentino”, enfocado en generar energía para polos de Inteligencia Artificial (IA).
Tras la noticia, la expresidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, criticó el plan del Gobierno.
“Teníamos como país un desarrollo muy avanzado de un reactor modular pequeño, que es una apuesta que se hizo hace tiempo en el sector nuclear, para tener reactores más seguros que pudieran garantizar su adaptación para distintos usos y situaciones, como una zona de islas donde necesitás potencia para esa región o desalinizar agua de mar, o producir hidrógeno en momentos donde el mundo necesita transición energética hacia la descarbonización. Ese proyecto se llama CAREM 25 e iba a demostrar que por primera vez hacíamos un desarrollo nuclear de reactores de potencia que produjeran energía eléctrica, como las centrales nucleares Atucha I, II y Embalse, adaptado y, mejorados”, recapituló Serquis en la 750.
Serquis calificó además al CAREM 25 como “una gran posibilidad”. Y enumeró las razones: por ejemplo, sus equipos de trabajo “muy sólidos” o la ingeniería, “que podía responder a los mejores estándares en el mundo”, como así también la posibilidad de “desarrollar un sector industrial con calidad que pudiera ser una buena fuente de exportaciones”.
“Cuando llegó este Gobierno de alguna manera desfinanció el proyecto: desde octubre de 2024 sabemos que hay cero pesos destinados al CAREM, con un análisis técnico que no sabemos cómo lo hicieron. Después dijeron que no era viable comercialmente”, lamentó.
En este contexto, y luego de renunciar a su cargo de jefe de Asesores, Demián Reidel, a cargo de Nucleoeléctrica Argentina (NASA), afirmó que se dedicará de lleno al llamado “Plan Nuclear Argentino” que "abarca la construcción del primer reactor modular argentino, la extensión de vida de nuestras centrales, el impulso a la minería de uranio, la creación de YPF Nuclear y muchas otras iniciativas estratégicas", según publicó en la red social X.
Un plan nuclear sin ningún avance concreto
Sin embargo, para la extitular de la CNEA el plan del Gobierno es "casi una estafa”. “Decir que en cuatro o cinco años tendrán cuatro reactores modulares pequeños para el desarrollo de IA no es posible de ninguna manera, porque pasar del papel de una patente, de una idea que puede ser buena, falta muchísimo. (Falta) el proceso de autorización de la autoridad regulatoria nuclear y el desarrollo de ingeniería”, explicó.
“Cuando uno ve los proyectos, más de 80 en el mundo, y se fija en el tiempo, eso requiere el trabajo de cientos de personas. Acá parece que tienen una empresita con 20 personas y una inversión inicial de 50 millones de dólares. El CAREM ya tenía 750 millones de dólares invertidos. Un proyecto similar en EEUU llevaba invertidos 1.400 millones de dólares y 600 trabajadores. Nosotros no llegamos ni a 300 personas y teníamos un proyecto de 65% de avance real y el norteamericano ni un ladrillo puesto”, agregó.
Serquis espera que todo lo invertido “no quede en la nada”, pese a la renuncia de trabajadores y a los salarios por debajo de la pobreza que hacen que el capital humano se vaya de la empresa nuclear argentina.
Asimismo, aseguró no ver “ningún avance” en la central nuclear Embalse, que “pasó por el proyecto de extensión de vida”. “No veo ningún anuncio ni ningún avance concreto. Preocupa porque eso implica generación eléctrica que es costo mayor que vamos a pagar por no tener eso funcionando”, explicó.
“El sector nuclear es muy complejo, que tiene todo lo que se llama el ciclo de combustible. Veo cosas en los anuncios que pueden ser aciertos, pero así como está, sin terminar, lo que tenemos en camino y sin apostar a un desarrollo completo de un ecosistema, con trabajadores ganando por debajo de la línea de la pobreza, es difícil”, remarcó.
“Hasta el día que veamos un proyecto serio, que obviamente no se hace en cuatro años por más que pueda participar gente brillante, es muy difícil que podamos pensar en eso”, concluyó.