Sindicalistas y empresarios del frigorífico San Telmo volverán a verse el martes para intentar encontrarle una salida a la situación. La empresa aduce que, con un plantel más chico, podría volver a producir, mientras los trabajadores hablan de "desmanejo".
El frigorífico marplatense San Telmo, que antes fue Sadowa, ubicado al 10.200 de la avenida Constitución, pretende desvincular a treinta trabajadores más, después de haber hecho lo mismo con otros veinte el mes pasado, de los cien que contabilizaba hasta entonces.
El viernes pasado, en una reunión tripartita de la que participaron el secretario general del sindicato local de la carne, Osvaldo Quiroga, el abogado que representa a la empresa y el delegado regional del ministerio de Trabajo, Raúl Calamante, se resolvió pasar a cuarto intermedio hasta el martes.
Calamante, que además es tercer candidato a concejal por la lista de Acción Marplatense, referenciada en el MDF del gobernador Axel Kicillof y encabezada por Gustavo Pulti, viene de intervenir en el conflicto de Natural Beef, en Azul. Allí, tras perder el mercado mexicano, la empresa despidió a cien trabajadores. Se trata de una escena que se repite a lo largo de la provincia y el país.
En este caso puntual, la empresa debe responder a dos planteos de los trabajadores, que exigen el pago de la última quincena adeudada y piden reemplazar los despidos por un programa de retiros voluntarios. La empresa, en cambio, insiste en que en agosto podría volver a la plena actividad.
Distintas fuentes consultadas coinciden en que, en este caso, además de la compleja coyuntura macroeconómica, marcada por la caída histórica del consumo interno de carne y el encarecimiento de las exportaciones argentinas por el dólar artificialmente barato, hay aspectos del manejo del negocio difíciles de explicar.
Recientemente, la empresa adujo ante los trabajadores dificultades con el Senasa, algo que en la actualidad cuesta creer ya que ese organismo se encuentra semi paralizado y casi no realiza inspecciones.
Perfil empresario
El propietario del frigorífico es Eugenio San Gregorio, un octogenario ítalo argentino que fue diputado en Italia, Muchos países europeos tienen, en sus legislativos, bancas para representar a los emigrantes. Es el caso de San Gregorio, que representó a los italianos residentes en Sudamérica, a través del partido Unión Sudamericana de Emigrantes Italianos (USEI). San Gregorio tiene posiciones en la ciudad de Buenos Aires en la construcción y en el juego. Más específicamente, en bingos, motivo por el que algunos lo vinculan a Daniel Angelici.
En 2022, San Gregorio intentó renovar su banca, pero se vio envuelto en un escándalo que también alcanzó al otro "tano" ex presidente de Boca. Aparecieron unas boletas de los rivales de San Gregorio mal impresas, por lo que debían ser anuladas. El tema terminó en la justicia y el periodista Carlos Pagni responsabilizó a Angelici del "ayudín" a San Gregorio.
Sin experiencia previa en la actividad frigorífica, San Gregorio maneja la planta "a control remoto" desde Buenos Aires, a 400 kilómetros de distancia. Reabrió en 2022, con promesas de exportar y emplear a 300 trabajadores, pero siempre operó muy por debajo de su capacidad instalada.
"Los últimos tiempos faenaron cuarenta animales al mes, poco más de uno por día. Nada", se lamenta el sindicalista Quiroga. Como no entraban animales, últimamente los trabajadores estaban afectados a tareas de mantenimiento y limpieza, a sabiendas de que esa situación no podía sostenerse de manera indefinida.
Tras varios meses de escasa o nula producción, entre los trabajadores comenzaron a circular toda clase de rumores y versiones, incluyendo algunas que hablan de supuestas irregularidades y otras de una diversificación empresaria que finalmente no prosperó.
El frigorífico San Telmo quebró durante la gobernación del ahora libertario Daniel Scioli y fue entregado a una cooperativa, pero eso tampoco funcionó y San Gregorio compró la quiebra a un precio muy conveniente en 2017. Para acondicionarlo, afirma que debió invertir cuatro millones de dólares. Luego, la pandemia demoró la puesta en marcha de las operaciones hasta 2022.
Entonces, San Gregorio trazó un plan de negocios que empezaba con el mercado interno, para volver a exportar, como había hecho en el pasado, en el corto plazo. El objetivo era faenar 400 animales diarios. Si bien la situación del sector es extremadamente compleja, en la ciudad hay otro frigorífico, sobre la ruta 2, que trabaja para China y opera con normalidad.
Como cada vez que se da un ciclo neoliberal de financiarización de la economía y destrucción del aparato productivo, Mar del Plata es una de las ciudades del país donde el desempleo golpea. En el primer trimestre de 2025 alcanzaba el 6 por ciento.
El panorama general
"La caída del consumo interno de carne bovina, por la disparada de precios, hizo que mucha gente se vuelque a sustitutos más económicos, con el pollo y el cerdo a la cabeza. Pero, en términos de empleo, es una frazada corta, nos tapamos los pies y nos destapamos la cara."
El que habla es el secretario general de la Federación de la Carne a nivel nacional, Alberto Fantini. En un breve diálogo con Buenos Aires/12 en plena apertura de negociaciones paritarias, advirtió que "nosotros venimos de paritarias anteriores muy buenas. Que nadie crea que nos vamos a someter a firmar por un punto, no nos vamos a dejar humillar".
Sus palabras van más dirigidas al gobierno nacional que a los frigoríficos. En especial al ministro de Economía, Luis Caputo, quien comenzó a instalar meses atrás la idea de "paritaria cero".
Para el veterano dirigente, el desafío actual es doble: debe preservar los empleos y las condiciones de trabajo, sin convalidar que las empresas terminen descargando los costos de la crisis sobre los trabajadores.
Frente a este panorama, el frigorifico Gorina, ubicado en el Gran La Plata, constituye una excepción. En febrero un incendio destruyó buena parte de sus instalaciones. Logró reabrir con ayuda del ministerio de Trabajo de la provincia y acaba de tomar a cien nuevos trabajadores.
Hace poco, junto con la regional del AMBA, Fantini encabezó un operativo de afiliación en el Frigorífico Federal de Quilmes, donde los trabajadores habían denunciado malos tratos y situaciones abusivas. Más de medio centenar de trabajadores firmaron su ingreso al sindicato, contradiciendo el clima de época y el discurso oficial, profundamente antisindical.