Estamos viviendo un contexto mundial de brutal violencia, militarización de la vida cotidiana, genocidio contra el pueblo palestino, agresiones militares, políticas, económicas, culturales, y ataques genocidas contra el pueblo kurdo, guerras como la de Ucrania – Rusia movida por la OTAN, invasiones, conflictos religiosos, fundamentalismos, represión, cárceles de máxima seguridad transformadas en centros de tortura, criminalización y judicialización de la protesta, despojo de territorios, saqueo de bienes comunes, pérdida de derechos humanos, de derechos de los pueblos, de las mujeres y disidencias. Se busca naturalizar la crueldad, especialmente a través de los medios de comunicación, con la divulgación desde el poder de discursos de odio, racistas, misóginos, patriarcales.

La “justicia” avanza servil en la criminalización de quienes luchamos, de los movimientos populares, como parte de una política y de una pedagogía patriarcal y colonial de silenciamiento y disciplinamiento, de quienes quieren profundizar el individualismo, la parálisis, el conformismo, con estas lógicas de opresión. Buscan generar miedo, y promover la fragmentación y el debilitamiento de las organizaciones sociales y políticas.

En este contexto, algunos sectores progresistas, feministas, populares, estimulan las políticas de silencio, esperando “que lleguen tiempos mejores”, y en algunos casos desacreditando a quienes se movilizan, generando culpabilizaciones, exacerbando las lógicas conservadoras supuestamente apegadas a la ley. Se interpela a quienes decidimos movilizarnos, se cuestiona si deberíamos o no pintar una pared, si deberíamos o no denunciar a la justicia patriarcal, racista, capitalista, poniendo en duda el camino que hemos recorrido tantos años de enfrentar al poder y a su violencia. Otros minimizan lo que estamos viviendo y responsabilizan a la polarización política y no al momento crítico de fascistización de la reproducción social y de arremetida capitalista.

No podemos ser indiferentes. Las Feministas del Abya Yala nos hacemos eco del llamamiento de las mujeres palestinas, que denuncian que Gaza sufre una guerra de exterminio sistemático, a mano del régimen de ocupación sionista, con el respaldo de EE.UU y de los gobiernos europeos. Advierten que “decenas de miles de mujeres palestinas han sido asesinadas, cientos de miles desplazadas, se ha atacado a embarazadas, a madres lactantes, a médicas, enfermeras y a periodistas.” Desde el 7 de octubre de 2023, el 67% de las víctimas mortales en Gaza son mujeres y niñas. Frente a esto no nos callamos, no miramos para otro lado. Exigimos a los gobiernos que cese el silencio y la complicidad –como en el caso del gobierno argentino-. Las mujeres y el pueblo palestino no están solas.

Lolita Chávez activista indígena criminalizada. Foto: Jose Nico.

Como Feministas del Abya Yala nos hemos pronunciado en defensa de la Revolución de Rojava, y en respaldo a la propuesta realizada por el dirigente del pueblo kurdo Abdullah Ocalan, para avanzar en acuerdos de paz en Medio Oriente. Para que sea posible, es necesaria la libertad de Abdullah Öcalan, de las presas y presos políticos kurdos en distintos países de Medio Oriente, que el gobierno de Turquía dé pasos que permitan avanzar en esos acuerdos, y no se limite a exigir el desarme de la guerrilla. Exigimos que en los países donde existe población kurda se respete su cultura, su identidad, su lengua, sus modos de auto-organización y autogobierno. La paz en Medio Oriente, sobre la base de la propuesta de respeto a la diversidad que implica el Confederalismo Democrático, es fundamental para detener las políticas de guerra en el mundo. Abrazamos a las compañeras del Movimiento de Mujeres de Kurdistan, y con ellas afirmamos: ¡Jin, Jihan, Azadi! ¡Mujer, Vida, Libertad!

Desde hace casi un siglo los países africanos se han ido levantando frente al colonialismo europeo. La independencia política, sin embargo, está condicionada por la opresión económica que ejercen los países imperialistas, especialmente sobre sus ex colonias. Los intereses de explotación minera y de los bienes naturales del continente africano, y su saqueo es política cotidiana que promueve el desplazamiento de poblaciones enteras, la degradación del medio ambiente, y la represión frente a sus resistencias.

En El Salvador, Paraguay, Perú, Ecuador, y otros países de Abya Yala, las políticas neoliberales se sostienen con el crecimiento de la represión, la consolidación de élites y clases dirigentes anti democráticas, y se avanza en modalidades carcelarias que constituyen tortura para las / los detenidas /os. Queremos denunciar la situación que están sufriendo Carmen y Laura Villalba y Francisca Andino, en la Cárcel de Máxima Seguridad de Minga Guazú, en donde las mantienen en total aislamiento, sin visitas de derechos humanos, con mala comida y falta de abrigo, sin medidas adecuadas sanitarias, en medio de un brote de tuberculosis que afecta a todas las cárceles de Paraguay. Exigimos que ya las trasladen de ese centro de tortura, y que se haga efectiva su libertad.

En países como Ecuador, caracterizado por haber vivido levantamientos indígenas y populares que ralentizaron el proyecto neoliberal, la actual política del gobierno oligárquico de Noboa, constituye la aplicación del modelo de ajuste: nuevos contratos mineros, despidos masivos del sector público, recortes institucionales del Estado, reforma del sistema de seguridad social y fiscal, más militarización. El desmantelamiento del Ministerio de la Mujer, del Ministerio de Cultura, los 5000 despedidos, la fusión de ministerios como el de Ambiente con el de Minería, son un ejemplo claro de las intenciones de Noboa: ejecutar a cualquier costo el ajuste. Como feministas, sabemos que esto no es más que la aplicación del acuerdo con el FMI y la subordinación del país a un nuevo proceso de saqueo y despojo, acompañado por un cambio en el sentido común de la población, que ha naturalizado nociones y sentidos profundamente neoliberales. 

Sin embargo, a pesar del silencio del último tiempo, las calles en el Ecuador están volviendo a calentarse, mientras que el desafío para el campo popular organizado es enorme: desnaturalizar pedagógicamente el sentido neoliberal y cruel, a la par que cuidar el tejido organizativo frente a la represión y el despliegue de los aparatos coercitivos del Estado en confluencia con sectores del crimen organizado. Hoy la defensa de la vida y de la justicia, requieren ser alimentadas por reflexiones y estrategias feministas y transfeministas populares y plurinacionales que contribuyan y fortalezcan la lucha de clases entre los pueblos.

Desde Abya Yala alzamos la voz y llamamos la atención también por la criminalización y judicialización que están sufriendo dos de nuestras compañeras: Lolita Chávez y Adriana Guzmán, y sobre la pérdida de derechos que viven las comunidades originarias, las trabajadoras y trabajadores, los sectores populares. Denunciamos especialmente la desaparición forzada de la lideresa mapuche Julia Chuñil, en territorio de Chile, quien ya lleva 9 meses desaparecida.

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