“Siempre me dieron curiosidad las cosas que no necesariamente tienen que ver con el arte”, explica Regina Igarzábal, artista plástica oriunda de Bahía Blanca, al reflexionar sobre los insumos que nutren su imaginario. La artista actualmente está exhibiendo “Sin palmeras no hay paisaje”, su primera muestra individual en Central Affair, Galerías Larreta, hasta el jueves 14 de agosto.
Esas ‘cosas’ no vinculadas con el universo estrictamente artístico (entendido como el espacio de la técnica y el saber específico) serían, para Igarzábal, las propias del universo afectivo; uno enigmático y singular, tan singular como lo es la propia experiencia amorosa o la relación con aquello que capta nuestra mirada y produce la ilusión del hallazgo, nos envuelve en una atmósfera particular. El trabajo de Igarzabal parece fundarse en ese lugar en el que las palabras nunca alcanzan a capturar la esencia de lo que sucede en “la escena”, como la artista nombra una y otra vez a sus paisajes, en donde siempre algo queda velado. Una inquietud se produce en el espectador al explorar el paisaje y no poder definir cuál es el sentimiento que toma su cuerpo al contemplarlo.
Esta relación que la artista establece con mundos “no tan propios del arte”, es decir los propios de su experiencia personal (como sus viajes en tren o las conversaciones con sus amistades retomadas en varias de sus pinturas) está presente desde el inicio de su recorrido. Igarzabal se formó en artes plásticas en la UNLP, y su trabajo final de la Licenciatura, una obra que pintó sobre ladrillos de hormigón retak que construian una pared (un soporte poco esperable), participó del Salón Molina Campos en 2023, y fue premiado para ser adquirido por el Museo Mar.
“En ‘Con un ladrillo se puede construir una casa o se pueden romper sus ventanas’ me interesó pensar el ladrillo como módulo individual, pero con la posibilidad de que todos juntos formaran una imagen más grande. La imagen fragmentada es un campo que suelo explorar: cómo se mueve, cómo se une. Pienso cómo construir un paisaje, cómo armar escena, sus posibles montajes”, dice. Se trata de una obra en la que la pared se concibe como una unidad de paisaje transportable, pero que, al mismo tiempo, requiere de más de un ladrillo para conformar el muro. “Un ladrillo sostiene al otro y todos juntos construyen algo colectivo. La necesidad de más de un ladrillo para que se sostengan entre sí posibilita pensar en la construcción colectiva como unidad de sentido, en donde distintos fragmentos se vinculan y conciben algo más grande”, reflexiona la artista y da lugar a pensar que la totalidad de su obra está cifrada en ese gesto de desmembrar y construir algo nuevo con los pedazos de lo anterior.
Igarzábal toma fotografías de objetos y atmósferas que observa: la posición extrañamente perpendicular de un tenedor junto al plato, los ángulos caprichosos que forman unas ramas sobre las vías del tren, la luz de un día encapotado que se cuela por la ventana y tiñe su cuarto de un color pardo. Lo interesante es qué hace después con ese material al llevarlo a la pintura: lo superpone, lo saca de contexto, mezcla sus significados, los resignifica a través del montaje. La artista trabaja con universos de una fuerte impronta local y cotidiana, pero extrañados. “Trabajo mucho con la proximidad. Me gusta inventar fantasías desde el lugar en el que estoy, porque creo que es presentar otra posibilidad del mundo que conocemos”, dice, y explica que piensa sus obras como dispositivos en donde la materialidad siempre es parte de la narración. “Para mí es importante que el soporte esté en diálogo con la imagen. Por ejemplo, el ladrillo de hormigón retak desprende mucho polvo, entonces la imagen necesariamente iba a sufrir transformaciones, y eso me parecía interesante: cómo por el movimiento del ladrillo la imagen se alteraba, como si estuviera viva. La pintura como la vida misma: vos pintás algo, y eso se mueve, no queda para siempre”.
Sin palmeras no hay paisaje
La artista trabaja con la intertextualidad como procedimiento, por lo que sus obras funcionan como citas o referencias a imágenes propias o de otros. “Las pinturas de pequeño formato son pinturas que yo ya había hecho antes. Hay una cita a mí misma, a pinturas que ya no están porque circularon”, explica. También hace referencia a la historia de la pintura argentina. “Una de las obras se titula ‘Torre sumergida' y remite a una pieza de Roberto Aizenberg. El telón, que es la pintura más grande de la muestra, está realizado en óleo y mide 2,40 x 1,40 metros. Ahí exacerbé esto de la cita: aparecen Raúl Lozza, Pilar Cuevas, Fernando Santana, Adriana Minoliti, Nicolás García Uriburu, Cándido López”, cuenta.
La exposición también incluye unas palmeras objetuales, que surgen de la necesidad de pensar el cuerpo de la pintura, y ese cuerpo en el espacio. Esas piezas surgieron de una experiencia colectiva con el Club de la Pintura, donde suelen trabajar objetos con cartapesta y otros materiales efímeros. “Las palmeras, en ese sentido, se desprenden de ese hacer en conjunto: proponen una intervención del paisaje desde el objeto, y dialogan con el resto de las obras como parte de una escena mayor”, explica Igarzabal. “Este paisaje que propongo es para que la gente circule y pueda adentrarse en él. La muestra es sobre paisajes y escenas con distintas atmósferas que me gusta pensar como un paisaje infinito”, concluye.
“En sus pinturas, Regina Igarzábal propone espacios sin tiempo, atmósferas suspendidas que, desde la calma, inquietan. En ellas, lo inestable se presenta como un horizonte siempre en riesgo de desvanecerse”, se lee en el texto de sala que acompaña la muestra. “Sin palmeras no hay paisaje” puede visitarse de martes a viernes, de 15 a 19 hs, en Florida 971 / San Martín 954 (entrepiso, Galerías Larreta, CABA), hasta el 14 de agosto. Además, la artista participará de la feria AFFAIR el 28 de agosto, un evento de gran magnitud en el que las galerías del espacio invitan a otras externas a presentar obras capaces de dialogar con los trabajos de la casa. El evento contará con la participación de 30 galerías y se realizará de 14 a 20 hs.