Del slash a los vampiros, del K-pop al fútbol local, del erotismo al chori en la Costanera: cualquiera puede ser el mundo que el género fanfiction presente en su característico cruce entre deseo, crítica e imaginación. Fanfiction argentino Vol. 1, publicado por Ojo de Loca y compilado por Lila Negra, se presentará el miércoles 7 de agosto en la Feria de Editores (FED), y es una invitación a entrar —o quedarse a vivir— en un género vapuleado por la literatura formal pero que no ha dejado de cosechar lectores y autores y que ofrece otras propuestas de realidad, incluso cuando esta es una realidad comprendida en una ficción.
Desde las primeras líneas del prólogo, la antología se plantea como un acto de reivindicación. Porque si algo hay que decir con claridad, es que el fanfic no es una literatura de segunda. Es una forma de escritura mayoritariamente queer y feminizada, marginal, ardiente y profundamente creativa, que nació del deseo de intervenir las ficciones hegemónicas y terminó construyendo sus propias mitologías. Esta apuesta de Ojo de loca tiene que ver con el reconocimiento de que el fanfiction no es, como se piensa, un fenómeno con poco impacto.
En la plataforma especializada Archive of Our Own (AO3) hay al día de hoy más de quince millones de fanfics publicados, algunos de extensiones considerables (más de 16.000 superan las 300.000 palabras). FanFiction.net, por su parte, tiene 850.000 fanfics de Harry Potter, 223.000 de Crepúsculo, 80.900 de Percy Jackson y 58.000 de El señor de los anillos, entre más de 2000 fandoms exclusivamente originados en libros.
Es en este sentido que el fanfic (o ficción de fans o para fandoms) tiene un poder velado, que resultaría interesante ver con claridad. Se trata de la voluntad proponer alternativas y variaciones en distintos grados y calidades a historias conocidas que sirven de referencia y marco, pero desde un lugar de absoluta condescendencia con el deseo propio. Es esta auto-condescendencia la madre de la imaginación política transformadora y es necesario entrenarla, en especial desde lo lúdico, el saltarse las reglas, que es lo que permite el escribir o leer fanfictions.
En el caso de Fanfiction argentino, se tratan de textos que originalmente fueron hechos para un fandom específico, pero fueron adaptados. Como razón principal, dice su compiladora, Lila Negra —también autora del texto Choripanes Uchiha—, fue la cuestión de los derechos de autor, algo que dificulta la publicación de este tipo de propuestas. En segundo lugar, “es un tema de público: la mayoría de los fanfics solo pueden ser plenamente entendidos y disfrutados por personas con un gran conocimiento del fandom, de modo que apuntan a un público pequeño y específico, difícil de alcanzar. En este caso, al ser una compilación de diferentes fandoms, es aún más complejo, porque cada texto habría apuntado a un público distinto y a nadie le habría interesado el libro completo. Al separar los fanfics de su fandom original, también los abrimos a un público más grande. Así, cualquier persona puede leer la antología completa, entenderla y disfrutarla, como debe ser”.
El principal acierto de esta compilación es, sin embargo, el sometimiento de estas tramas originales ante lo autóctono. Si un fandom es ese conjunto de personas que apasionadamente comparten referencias, conocimientos, prácticas y conductas devenidas de una obra, no es descabellado pensar que la argentinidad, por ejemplo, con sus paisajes, sus verbos, sus referencias, su farándula, usos, costumbres, detractores y entuasiastas no es otra cosa más que un fandom también sujeto a la posiblidad de reimaginarse.
“La verdad que eso de la argentinidad fue una sorpresa, no nos imaginamos que iba a pasar”, cuenta Lila Negra y agrega: “Pero dentro de la totalidad de los textos de la convocatoria había muchos que aludían a la Argentina por diversos motivos. Esa lectura la propuso el corpus, lo argentino como un insumo para la escritura, y eso fue muy interesante porque se dio de varias maneras. Algo que era de un fandom extranjero fue adaptado a un universo argentino (Choripanes Uchiha, fue originalmente un fanfic de Naruto). Otras veces, los textos tomaban futbolistas o novelas argentinas o personajes de la farándula argentina”.
Lo que demuestra con este corpus es que el fanfiction no tiene sólo que ver con lo extranjero puesto que “hay muchas cuestiones de la Argentina que nos permiten escribir fanfiction y que no hay necesidad de escribir en neutro ni ubicar las historias en Estados Unidos o Japón para que sea Fanfic”. “Es posible un fanfiction argentino con características propias con una revalorización de nuestra cultura, con su deseo y su pasión”, concluye Lila.
Los relatos de Fanfiction argentino
A lo largo de las páginas, se presentan doce cuentos que nacen del fanfiction pero funcionan con autonomía, como relatos originales. El resultado que tendrá su presentación oficial el 7 de agosto en la Feria de Editores, siendo Ojo de Loca una editorial invitada en el Stand de la editorial chilena Imaginistas, es una constelación de historias que, aunque partan del homenaje, la parodia o el delirio de fandom, tienen una potencia narrativa por sí mismas. Y sí: hay mucho sexo, mucho humor y mucha ternura. También vampiros, demonios, pesadillas y romance.
El volumen abre con Cálido de Alo Jezabel, una historia sobre amigos de la infancia que explora la desigualdad social y el amor entre varones en el campo argentino. Le sigue Charly Poppers, de Nicolás Colfer, una road story queer en clave lisérgica por las calles de Lisboa donde un clásico personaje finalmente transiciona. Luego, Choripanes Uchiha de Lila Negra propone una comedia romántica desopilante en un puesto de choripanes heredado de la costanera porteña, con polleras como uniforme y relaciones desbordas.
Ara Azás aporta el tono oscuro con Criaturas de la noche, un fanfic de vampiros que mezcla erotismo, masoquismo y dependencia emocional. Le sigue Cuatro para uno de ZomBelGress, donde el fútbol y las leyendas chaqueñas se mezclan en un relato sexual y onírico. El fan de Román Brutti ofrece una vuelta de tuerca al vínculo entre ídolos y seguidores. La House Loreta de M. Bernardino B. invierte completamente a las pesadillas de la calle Elm y Niñxs elegidxs, de Yanina Zorza, se mete con la infancia robada por las aventuras y les da un cierre reparador a lxs niñxs de Digimon. Juno M. Leone pregunta ¿Por qué es tan desastroso el amor?
En Review, Luna de Acero cruza el los juegos mentales y los egos rotos en pos del placer y la estrategia. Joaquín Gallardo homenajea a Boquitas Pintadas con Tantas ganas de morir, un fanfic existencial. En Te escuché en la radio y lloré, Isabel Bosisio escribe sobre las almas gemelas, la espera y la fama.