“Nos unió el amor por el jazz gitano y Django Reinhardt, que sólo tocaba con dos dedos y fue uno de los mejores guitarristas del mundo”, dice Francisco Seglie, guitarrista platense que forma parte de “Django Sessions”. El grupo, reconocido por ser un referente nacional del género manouche o gypsy jazz, viajará a fin de mes al Festival de Jazz Manouche de Piracicaba, Brasil, a presentar “Mi virgen negra”, su último disco.

Seglie no recuerda exactamente cuándo surgió la banda, pero sí sabe que Django Sessions nació del encuentro entre cuatro músicos que amaban el trabajo de Reinhardt, guitarrista gitano sinti, famoso inventor del “gypsy jazz”. Después de experimentar varias formaciones, se consolidó la actual, que cuenta con dos guitarristas: Roque Monsalve y Francisco Seglie; Rafael Marrero en violín y Maximiliano Miraballes en contrabajo. “Todas cuerdas, típico del estilo”, explica Seglie.

Hace ya más de tres años que tocan juntos, eso sí, y siempre ensayan hasta altas horas de la noche. Al principio el grupo se llamó “Roque Monsalve Cuarteto", porque estaba conformado como el proyecto de él. “Cuando nos sumamos Maxi y yo, los platenses, el grupo tuvo otro carácter y apuntó a otro lado”, dice Seglie. Monsalve tenía a su cargo un ciclo en Thelonious, un club de jazz de Buenos Aires, y los del club, al ver que no podían definir un nombre, les dijeron: “Pónganle Django Sessions, y listo”. “Entonces nos quedamos con ese nombre, al menos por ahora. Tiene una proyección para el exterior, porque vienen varios músicos de afuera a tocar con nosotros, y nosotros salimos bastante de gira”, explica el guitarrista.

Es la tercera vez que van a viajar representando a Argentina al Festival Piracicaba, un evento que reúne músicos de jazz de todas partes del mundo y pone el foco en el estilo “manouche”, que es el término francés para designar el género. “Este estilo tiene la particularidad de ser el ‘jazz folklórico’ de los gitanos que viven en Europa, y es muy comunitario. Una vez al año se hace un festival en honor a Django Reinhardt en Francia, en un lugar muy chiquito que se llama Samois-sur-Seine. Es muy lindo: van todos los gitanos en carpas y camiones, gente de todas partes que acampa en el camping municipal. Y lo importante ahí no es tanto lo que pasa en el escenario, sino la música que se hace al compartir con todos esos artistas en el campamento, ese es el espíritu”, explica.


El estilo es más conocido como “jazz manouche” en Francia, pero en Estados Unidos se popularizó como “gypsy jazz”. “A veces la industria le pone los rótulos que quiere, pero en realidad es solo jazz. Reinhardt trataba de imitar el jazz que venía de Armstrong, pero lo hacía con los instrumentos que tenía y podía llevar en una carroza. Era totalmente analfabeto, vivía en las afueras de París, y tuvo un accidente: se le prendió fuego el carro, y solo podía tocar con dos dedos porque se quemó el 70% del cuerpo. Aun así fue el mejor guitarrista del mundo por mucho tiempo. Cambió la historia del jazz y de la guitarra. Porque se asocia al jazz más con el saxo o la trompeta, y él introdujo la guitarra como instrumento principal o solista”, reflexiona Seglie.

Mi virgen negra

El nombre del álbum se lo da una canción de Marfil, un músico colombiano que se asentó en Argentina y fue muy famoso entre los años cincuenta y sesenta. Da la casualidad de que el músico era el abuelo de Monsalve, y el departamento en el que actualmente el grupo se junta a ensayar era suyo. “Quisimos rendirle un homenaje”, explica Seglie. “Y también hacer un disco que refleje más nuestra identidad. Si bien siempre estamos tocando composiciones extranjeras, por algo del género, intentamos darles una vuelta y brindar algo propio. Cada país toca distinto, y nosotros interpretamos a Django desde nuestro punto de vista”.

El disco, que cuenta con ocho canciones, tiene composiciones propias, del venezolano Aldemaro Romero, canciones de “amigos contemporáneos”, y del mexicano Manuel M. Ponce. “La virgen negra es un símbolo muy latino, y los gitanos también tienen una, entonces vimos que era capaz de unir nuestra historia con la de Django y la del abuelo de Roque”, puntualiza Seglie, que mueve cosas en el estudio para encontrar el álbum y mostrarlo. Corre cajas, partituras, atriles, guitarras. El álbum no aparece y finalmente Seglie se da por vencido. “En casa de herrero…”, dice entre risas, y muestra una foto en donde se aprecia el arte de tapa, que remite a los típicos azulejos coloniales.

Buscamos una forma de sostener la identidad en un momento en que culturalmente nos bombardean todo el tiempo desde el norte global. Cuando vienen músicos de otros lados y tocamos un tema de Ponce, se sorprenden: ‘¿Qué es este tema?’. Aunque sea instrumental 一solo la última canción tiene letra, con voz de Monsalve一 hay algo nuestro, como un acento”, explica el músico. Ante la pregunta “¿cómo sería ese acento?”, responde: “Hay un toque más arremetido, con ímpetu. Creo que tiene que ver con la intensidad y no pasar desapercibidos”.

“Mi virgen negra” es el tercer disco que lanzan, y es el primero que trabaja con esta impronta de identidad latinoamericana. “Acá nos salimos un poco del esquema y del lenguaje típico del gypsy, y nos metimos en una cosa distinta, nueva. Es música de Latinoamérica atravesada por estos instrumentos”, puntualiza. El disco ya fue presentado en Uruguay y en Argentina, pero el músico explica que en el país no hicieron algo “muy grande” porque les cuesta encontrar la forma de difundir su trabajo. “Somos una banda totalmente independiente, y luchamos contra este proceso de ‘uberización’ de la música. Hoy todo son las redes, antes existían sellos que organizaban giras para el material y te daban ese empuje, hoy el disco lo grabás vos… está todo bastante atomizado”, explica. Seglie remarca lo de “proyecto independiente” porque hace un tiempo la banda (y en especial uno de sus integrantes, Rafael Merrero, nacido en Venezuela) sufrió una especie de “opereta” por parte de la Derecha Diario, que los acusó de recibir fondos por parte del gobierno de la provincia, el Banco Provincia y el mismísimo Axel Kicillof, en un supuesto plan del gobierno provincial para enemistar a los residentes venezolanos con Javier Milei. Por suerte, los integrantes de Django Sessions se tomaron la mentira con soda.

El Festival de Jazz Manouche de Piracicaba tendrá lugar entre el 21 y el 25 de agosto, y en ese marco el grupo presentará su último trabajo frente a un público internacional. Además, como el festival atrae a la región músicos de todo el mundo, muchos aprovechan y agendan fechas para tocar en Argentina. Es así como el próximo 16 de agosto el grupo tocará en Thelonious Club junto a José Fernando Seifarth, el organizador del festival, y también junto al británico Robin Nolan, un ícono del gypsy jazz, conocido por ser el guitarrista favorito de George Harrison. “La historia de Nolan es loquísima. El tipo tocaba en la calle, y una vuelta el jardinero de Harrison pasó, lo escuchó y le compró un disco. Se lo dio a George, que lo escuchó, le encantó y lo llamó por teléfono. Parece que le dijo ‘Robin, soy George, escuché tu disco y me encanta tu trabajo’, y él preguntó: ‘¿Qué George?’, ‘Harrison’, dijo el otro, y Robin le cortó, pero antes le tiró una puteada, porque pensó que era una broma, y no. Finalmente se conocieron, George lo invitó a tocar a su casa y el resto es historia”, explica Seglie, fascinado, y después agrega que la fecha del 16 será única, porque Nolan presentará allí su último disco, “For the love of George”, en donde interpreta canciones del beatle. “Es una fecha ideal para los amantes tanto del gypsy jazz como de los cuatro de Liverpool”, concluye, feliz.