Natalia sufrió violencia estatal y violencia de género, fueron ejercidas todas las violencias juntas. Es una barbaridad lo que han hecho con mi hija, tomar a una jovencita para divertirse violándola y matándola, porque no había ningún motivo más que utilizar el goce de la diversión, cosificarla al máximo posible y matarla de la manera más cruel que se les pudo ocurrir.
Los dos condenados están en condiciones de pedir la libertad condicional, de hecho, ya la pidieron en varias oportunidades. Se la otorgaron, pero cuando apelamos a la Cámara de Casación, la revocó. Es algo que se viene peleando durante todos estos años. A estos dos policías que pidieron la libertad condicional les quedan dos años de cumplimiento efectivo de condena.
Creo que en materia de violencia de género estamos viviendo un retroceso muy grande en la lucha que viene sosteniendo el feminismo hace montones de décadas. Están tratando de que la mujer no denuncie, que se calle la boca, algo que costó mucho y que es que la mujer se anime a denunciar.
Con respecto a la causa de mi hija, en estos días se tiene que estar resolviendo el tema del ADN de un quinto partícipe que está en el mapa genético, pero nunca se comparó con nadie. Esto se resolvió en el juicio del 2002 y hasta el momento no hubo avances. Constantemente están tratando de dilatar esta medida, intentaron recusar al fiscal, apelaron la sentencia, pidieron una prórroga para la extracción, y plantearon que no participemos en la misma. Pusieron montones de trabas para que sigan corriendo los tiempos. Parece que no les bastó 24 años de demora.
En total son ocho los sospechosos involucrados en el asesinato de Natalia, pero no tenemos ningun grado de certeza hasta que no comparen el ADN encontrado en el cuerpo de mi hija con los posibles sospechosos. En 2002, el Tribunal Oral ordenó la investigación de ese ADN, pero nunca se analizó. Hace tres años nuestros asesores Federico Paruolo y Yamil Castro realizaron el pedido a la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires, el cual fue otorgado, sin embargo, nunca se investigó.
Un femicidio no es solo la destrucción de una vida, es la de una familia entera
Durante todos estos años, nosotros sufrimos amenazas, difamaciones y todo lo que pasó realmente nos destruyó. No solo le quitaron la vida a Natalia sino que destruyeron a una familia. Mis hijos tuvieron que irse de la ciudad, yo también, solo quedó Laura, su mamá, haciendo el aguante en Miramar.
El no accionar de la Justicia nos generó una pena a nosotros. Hemos recibido amenazas directas de los familiares, campañas de difamación que armaba la abogada de los policías, Patricia Perello. También quemaron un santuario que había levantado la gente donde encontraron a Natalia. Recibimos agresiones continuamente, a mí me decían ‘judío de mierda te vamos a matar’, desde el momento en que se dio la sentencia y antes también. La Justicia nunca nos protegió.
Los policías involucrados fueron declarados personas no gratas en Miramar, y por otro lado, el juez Ricardo Perdichizzi tomó la medida de que no puedan volver a esa ciudad. Uno de ellos dice que se va a ir a vivir a Florencio Varela, y otro fijó domicilio en San Eduardo del Mar, muy cerca de Miramar.
Laura ya se cruzó con uno de los asesinos en Miramar cuando estaba en libertad asistida. Se encontró con Echenique comprando cerveza en un supermercado chino. Laura dijo: ‘ahí está el asesino de mi hija’, y el tipo se cagaba de risa. La gente tuvo que echarlo del lugar. En este momento Echenique está teniendo salidas transitorias, pero no tiene pulsera, no tiene control del patronato de liberados. Está gozando de una salida transitoria una vez por mes, pero no hay ningún control sobre eso porque así lo dispuso la Cámara de Apelaciones.
Por amor seguiremos luchando. Exigimos que busquen al quinto femicida. Llevamos 24 años de lucha, amor y dolor.