Desde su casa de El Carmen, donde se encuentra detenida, Milagro Sala repudió la persecución que ejerce el gobierno de Mauricio Macri contra los dirigentes de la oposición. En referencia a los dictámenes de la Justicia contra funcionarios de la gestión anterior y líderes políticos y sociales, alertó:  "A los enemigos no se les gana encarcelándolos".

En diálogo con Radio 10, Sala contó que de la seguidilla de detenciones de los últimos meses la que más le "dolió en el alma fue la detención de Zannini. Lo conozco de la militancia. Ya fue hostigado políticamente y ahora le pasa lo mismo", se lamentó. 

La líder de la Tupac Amaru advirtió que en la carta abierta escrita ayer para reclamar el cese de la persecución política olvidó incluir en sus críticas al accionar de los jueces federales. "Te quieren correr con las mismas cosas que en la dictadura", denunció. 

Luego, en diálogo con la AM750 replicó sus críticas, después de releer la misiva publicada ayer. "Ellos tienen la justicia por la mano, son los dueños de nuestra libertad, pero el tiempo los va a juzgar a ellos, por todos los presos, por las leyes que aprobaron", señaló al hacer alusión a las reformas que el oficialismo aprobó esta semana en el Congreso. "Hay personas que la están pasando peor que yo, y mi gran solidaridad está con ellos", se lamentó.

En vísperas de la nochebuena, reiteró que esta debiera ser una "Navidad para todos y no para unos pocos", al denunciar que "Macri, Morales y sus empresarios amigos hambrean al pueblo". "Me sacaron de la cárcel de Alto Comedero para traerme a otra cárcel, donde pueden entrar mis hijos y mis nietos, nadie más", explicó después de que le preguntaran cómo iba a pasar las fiestas este año. "No puedo decir feliz Navidad porque sería falso", agregó.

En otro apartado de la entrevista con Radio 10, relató cómo es el día a día en El Carmen, la casa donde está detenida desde principios de diciembre. Aunque la CIDH había dispuesto su alojamiento en su "residencia habitual", Sala está a 40 kilómetros de San Salvador de Jujuy, rodeada de gendarmes y policías, con control y requisas para sus visitantes, cámaras de seguridad y un cerco de alambres de púa. "A las visitas casi le piden el ADN", puntualizó la dirigente social, quien denunció que no están dejando pasar a la pareja de su hija. 

Por último, se refirió al blindaje mediático a la gestión de Mauricio Macri y a la campaña difamatoria en su contra. "Quieren hacernos creer que son la revolución del cambio pero no lo son. No hay que creerles", afirmó la diputada del Parlasur. Y agregó: "los medios de difusión juegan para el oficialismo".

Al hablar de su situación particular, evaluó que a muchos "les ha molestado que no haya preferido trabajar con ellos para hacerlo con los mas necesitados. Me da bronca, porque he peleado contra el maltrato, la drogadicción, la corrupción. No me gusta la violencia", concluyó.