Un financista rosarino, integrante del Grupo América, quedó detenido en el marco de una investigación que lo tiene como líder de una organización dedicada a estafas con inversiones y lavado de activos. El empresario fue apresado por el personal de la División Unidad Operativa Federal (Douf) luego de tres allanamientos en el microcentro donde incautaron unos 90 millones de pesos, miles de dólares, euros y reales. Además, las fuerzas federales secuestraron armas y equipos tecnológicos. 

La pesquisa está a cargo de los fiscales Sebastián Narvaja y Miguel Moreno, de la Unidad de Delitos Económicos y comenzó en abril pasado. Este miércoles se hizo pública con tres allanamientos simultáneos en el microcentro de la ciudad. El operativo, librado por el fiscal Sebastián Narvaja, tuvo como objetivo desmantelar una organización dedicada a estafas con inversiones y administración fraudulenta.

Según fuentes de la Policía Federal, la red operaba a través de locales comerciales que funcionaban como fachadas para un negocio de cambio de divisas ilegal, evitando los controles fiscales y regulatorios.

El principal sospechoso, el financista Pablo Arcamone, fue detenido en una de las viviendas allanadas, señalado como el líder de la estructura delictiva. Sus oficinas, ubicadas en Córdoba al 1300, también fueron blanco del operativo. Pablo Arcamone es un conocido financista rosarino, dedicado a la actividad de cambista, agente de Bolsa y operador de granos. Es además integrante del Grupo América, una firma que tuvo una fuerte expansión en el ámbito local hacia 2020 con negocios diversificados (granos, mutual, Bolsa y desarrollos inmobiliarios).

Sin embargo, el Grupo entró en una crisis a partir de 2022, al incumplir con sus compromisos con inversores que le habían depositado fondos a través de su mutual a cambio de buenos rendimientos.

Esta situación derivó en denuncias penales por parte de ahorristas y en pedidos de quiebra que la firma logró levantar mediante negociaciones y acuerdos. En uno de los casos más resonantes, el financista y un abogado local fueron denunciados por la heredera de un campo que aseguraba que le habían sustraído la propiedad con maniobras contables.

La causa se resolvió con un acuerdo judicial en el que Arcamone y su socio entregaron departamentos a la denunciante como resarcimiento. Los allanamientos no sólo culminaron con la detención del empresario, sino que también tuvo el secuestro de importante documentación para la causa.

Entre los tres domicilios, las fuerzas federales incautaron alrededor de 90 millones de pesos, 58.800 dólares, 5.900 euros y 27.000 reales brasileños. El dinero fue encontrado en cajas y dispositivos de conteo, describieron las fuentes.