La 20.ª Feria del Libro de Tandil comenzó el jueves y terminará hoy domingo con una importante concurrencia. En el gimnasio polideportivo del CCU se dispusieron veintinueve stands con propuestas diversas, centrando la atención en la relación entre el libro y sus lectores. Se desarrollaron alrededor de 100 actividades, incluyendo presentaciones, talleres, exhibiciones y acciones para infancias, distribuidas en salas que llevan nombres de cuatro plantas autóctonas del sistema serrano de la localidad, como es su costumbre. En esta edición fueron bautizadas con especies vegetales nativas: Orquídea Verde, Chilca, Chuscho y Tunilla Pampeana.
La Feria del Libro de Tandil se consolidó como un espacio plural que busca visibilizar la producción literaria local y regional, al tiempo que acerca a los lectores a autores consagrados del ámbito nacional. Se impulsaron promociones especiales para la compra de libros, con el objetivo de fomentar la lectura y apoyar la industria editorial.
Este año, la feria reunió a reconocidos escritores como Liliana Heker, Juan Luis González, Magalí Etchebarne, Edgardo Scott, Jaime Rosemberg y Martín Ameconi, junto con una importante representación de autores locales y de la región. En total, se registraron más de un centenar de inscripciones, lo que representa un crecimiento del 30% en comparación con ediciones anteriores.
La feria nació en 2003, y está cumpliendo veinte ediciones en 2025, a pesar de qe algunas debieron suspenderse debido a la pandemia. Es organizada en conjunto por librerías organizadas de Tandil, la Cámara Empresaria, la Universidad Nacional del Centro (UNICEN) y el Municipio, con apoyo de patrocinadores como el Grupo Rotonda.
Durante la inauguración, Bruno Cerone, presidente de la Cámara Empresaria de Tandil, recordó el valor del libro no solo como cultura, sino también como industria, destacando que en Argentina existen más de 7.000 editoriales y 1.600 librerías, muchas de ellas familiares, que mantienen su labor pese a las adversidades económicas. Además, subrayó que la colaboración entre instituciones públicas y privadas permite crear “espacios de enorme valor para la comunidad”. "La industria cultural no es un lujo, sino un pilar para la sociedad, pues genera trabajo, pensamiento, identidad y futuro", afirmó.
La feria se organiza en un contexto en el que está en peligro la Ley Federal de Fomento del Libro y la Lectura (Ley 25.446), que protege los derechos del editor, del escritor, del librero, y también del lector. Sobre todo, protege a las librerías independientes, importantes espacios culturales que permiten mayor diversidad editorial y de mercado. .Javier Valdez de la librería La Casa Azul, una de las librerías más importantes de Tandil, abrió el jueves evento reforzando el rol de los libreros como agentes culturales, y resaltó la capacidad de las librerías independientes para convertirse en refugios de la cultura. Además, recordó el valor de Tandil como una ciudad lectora. "La ficción, el ensayo, la crónica y la poesía florecen cotidianamente y podemos estar satisfechos con nuestros escritores, nuestros poetas, nuestros ensayistas, nuestros locales. Donde entra el libro, entra la posibilidad de asomarse a un universo nuevo. Defendemos la actividad editora y libre y celebremos la fiesta del libro", afirmó.
Las actividades se desarrollarán en distintas salas que, como es tradición, llevan nombres con identidad local. La programación del domingo todavía incluye presentaciones de libros, charlas, talleres, propuestas para público infantil y stands de editoriales, entre ellas la Editorial UNICEN y la Editorial de la Facultad de Arte. La feria continuará reafirmando su compromiso con la defensa del libro y la promoción de la lectura, destacando el valor cultural, económico y social del encuentro.