“Planeo disfrutar de la ciudad, de su bellísima música y su gran cultura”, dice Victor Goines a Página /12 antes de su llegada a Buenos Aires. El saxofonista, figura clave del jazz de Nueva Orleans y entre otras cosas miembro histórico de la Jazz at Lincoln Center Orchestra en New York, actuará el jueves –en dos funciones, a las 20.30 y 22.30– y el domingo –a las 19 y 21.30– en Bebop Club, el reducto jazzero de Uriarte 1658, junto a la Big Orchestra de Mariano Loiacono. “Tocar con esta orquesta será maravilloso, manejan muy bien el lenguaje del jazz”, asegura Goines que para la ocasión trae música propia, entre la que hay varias cosas nuevas. “Presentaremos obras que compuse especialmente para este viaje. Siempre trato de componer una selección nueva para este tipo de presentaciones, es una manera de dar el primer paso en el intercambio cultural que se produce”, agrega el saxofonista. 

Con el mismo plan e idénticos aliados, Goines trasladará música y disfrutes a Mar del Plata. El viernes y el sábado, a las 21, tocarán en Bajo Tierra, el destacamento costero que Bebop tiene en Torres de Manantiales.

Saxofonista sutil y versátil y compositor prolífico –tiene registradas más de 200 obras originales–, buena parte de la discografía de Goines tiene que ver con las formaciones numerosas, como la Jazz at Lincoln Center Orchestra y el Septeto de Wynton Marsalis, con quienes grabó numerosos títulos, o la Orquesta de Cámara de la Habana, con la que grabó junto al compositor y multiinstrumentista cubano Janio Abreu. También en cuarteto con piano, bajo y batería, el músico norteamericano logra reflejar una identidad precisa. “Es que en realidad mi enfoque, como arreglador, compositor o instrumentista, no cambia cuando estoy en una big band o en un cuarteto”, dice. “Naturalmente tengo en cuenta cosas como por ejemplo que la big band puede ocupar más espacio que un grupo pequeño. Pero en realidad no me fijo tanto en las diferencias cuanto en las similitudes. En la Big Orchestra de Mariano (Loiácono) haré lo que siempre hago en estas circunstancias: escuchar atentamente para identificar cómo puedo aportar algo a la experiencia y después tratar de integrarme”, agrega Goines.

“Esa misma misma actitud, la de escuchar antes de actuar, es la que me lleva a elegir tocar una obra o un pasaje con el saxo soprano en lugar del tenor, por ejemplo. Siempre la música es la que nos da las indicaciones de qué, cómo y cuándo tocar. La gran pregunta es: ¿estamos escuchando lo que la música nos dice?”, continua Goines, , que como docente fue director artístico del programa de jazz en Juilliard School of Music, entre 2000 y 2007), y más tarde de los estudios de jazz en la Bienen School of Music de la Northwestern University, hasta 2022, cuando fue nombrado presidente y CEO de Jazz St. Louis. Ray Charles, Bob Dylan, Stevie Wonder, Diana Ross, Dizzy Gillespie y Branford Marsalis, son algunos de los nombres que figuran en su nutrida lista de colaboraciones. “Todas estas experiencias tuvieron un profundo impacto en mí, como persona y como músico”, asegura.

¿Cómo recuerda a sus maestros?

– Tengo recuerdos fantásticos de todos mis maestros, los formales y los informales. Porque además de brindarme elementos para mi formación, muchos de esos mismos profesores se convirtieron después en buenos amigos.

– ¿Qué cambió en la forma de enseñar jazz desde que eras estudiante?
– No lo sé, creo que la flexibilización de los roles. Antes de enseñar música enseñé matemáticas y ahí aprendí que la educación es un intercambio entre dos partes y que era necesario intercambiar roles con mis studiantes. Eso me hizo mejor profesor, tanto de matemáticas como de música.

 

– ¿Es posible enseñar jazz sin que en la transmisión se pierda el "fuego sagrado" de su tradición?

– El jazz es un lenguaje, se puede enseñar. Ahora, me preocupa exponer a mis alumnos a la música y desde ahí a identificar un camino posible, lo que les gustaría recorrer. Entonces invierto toda mi energía en ayudarlos y animarlos a seguir el camino elegido, porque será la versión más pura de la música que puedan crear.

 

 

Hoy, pleno siglo XXI ¿qué definición de jazz podrías dar?
–Tuve el honor de conocer al gran pianista John Lewis. La última vez que hablé con él fue justo poco antes de su muerte, en 2001. Le hice la misma pregunta y no imaginé que la respuesta sería tan esclarecedora. Cambió mi forma de escuchar música y cambió para siempre mi forma de enseñar. Me dijo que para que la música sea jazz, debe tener tres elementos o ingredientes. Primero: ser una encarnación del blues; segundo: tener la insinuación del swing; tercero: tener síncopa, no en sentido estricto, sino profundo. Esa respuesta me sigue guiando hasta el día de hoy.