La obsecuencia rozó la vergüenza ajena: "¿La puedo tocar?", le dijo Donald Trump a Gianni Infantino sentado en su despacho del Salón Oval de la Casa Blanca señalando la Copa del Mundo. "Es un trofeo que solo suelen tocar los campeones", alcanzó a decir el presidente de la FIFA, que de inmediato recapacitó y dejó de lado todas las restricciones del protocolo. "Teniendo en cuenta que es usted, por supuesto, un ganador, la puede tocar", completó el suizo, mientras Trump abrazaba el trofeo y destacaba su peso. Y como ya había hecho con el trofeo del Mundial de Clubes celebrado en Estados Unidos a mediados de año, el mandatario estadounidense preguntó si se lo podía quedar y sugirió que la mantendrá en el Despacho Oval hasta que se celebre el Mundial.

Así, en una ceremonia que contó además con la presencia de miembros del Gobierno como el vicepresidente, JD Vance, o la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem; Trumpo anunció este viernes que el sorteo para la fase de grupos del Mundial de Fútbol tendrá lugar el próximo 5 de diciembre en el Centro Kennedy de Washington. Allí, los 48 participantes conocerán su camino en el certamen que se celebrará en 16 ciudades de los Estados Unidos, Canadá y México entre el 11 de junio y el 19 de julio de 2026.

"Es un gran honor traer este evento Mundial y a este increíble grupo de personas y a estos increíbles atletas, los mejores atletas del mundo, al centro cultural de la capital de nuestra nación", dijo Trump con respecto al sorteo que se celebrará en el reconocido recinto de la capital estadounidense. Antes del acto, el propio Trump visitó el Centro Kennedy para ver de primera mano las obras de reacondicionamiento que está ejecutando su Administración sobre las instalaciones.

"La Copa Mundial de la FIFA de 2026 será el conjunto de eventos más grande y complejo en la historia del deporte, y el Centro Kennedy le va brindar un arranque fenomenal", aseguró el mandatario quien subrayó que el Mundial de Fútbol es algo "muy grande" o "como organizar varios Super Bowl en poco tiempo". Probablemente, al mandatario le interesen más los 30.000 millones de dólares que la Copa del Mundo le aportará a la alicaída economía estadounidense que el torneo de fútbol que moviliza a casi todo el resto del planeta.