La dirigencia de Newell’s dejará el club a fin de año con una deuda superior a la que tomó cuando asumió las riendas de la institución en 2021 y un plantel devaluado y disminuído. Esta combinación anticipa los problemas que tendrá que hacerse cargo la nueva Comisión Directiva con un primer equipo que perderá a fin de año por finalización de contrato a nueve jugadores que hoy forman parte del plantel profesional que dirige Cristian Fabbiani, entre ellos Ever Banega.
Astore ejará Newell's en una situación económica y deportiva muy delicada. Aunque el debate político aún no se abrió en el parque Independencia porque faltan cuatro meses para los comicios, las agrupaciones ya tienen un bosquejo del descalabro financiero que atraviesa la tesorería y que bien puede verse como similar el caso del primer equipo, donde no hay figuras, predominan los jugadores con más de 30 años y la mayoría se desvincularán del club a fin de año.
El caso más significativo es el de Carlos González. El paraguayo llegó en febrero con el pase en su poder y firmó hasta fin de año. Pero Newell’s le pagará el pase recién a partir de enero 2026. Es decir, la próxima dirigencia no solo deberá hacer frente a deudas con ex entrenadores del club (Newell’s llegó a tener cinco técnicos el año pasado) sino también con jugadores. Si no renueva, González se queda con el pase en su poder a fin de año. Situación similar a la de Banega, aunque en su caso la renovación pasa por la decisión personal de seguir jugando al fútbol profesionalmente.
La lista de jugadores que se desvinculan del club al terminar el torneo Clausura es abundante. Entre ellos están Gonzalo Maroni, de muy bajo rendimiento en los últimos partidos, principalmente en el clásico, y de pocas chances de recibir oferta para continuar por su nivel. Luciano Herrera es quizá el único refuerzo de los trajo Astore este año que convenció por su rendimiento. Su pase pertenece a Defensa y Justicia y está a préstamo hasta diciembre. Habrá que negociar con la dirigencia de Forencio Varela. Luciano Lollo, por su parte, está a préstamo y se va del club a fin de año. Con 38 años es difícil que el club le renueve, más aún por la muy mala campaña y las ideas de implementar algún proyecto para el fútbol superior que traerá la dirigencia que se imponga en los comicios. Similar es el caso de Víctor Cuesta, de 36 años, a pesar de que su titularidad no está en discusión. El ex Independiente se quedará con el pase en su poder. Los otros casos, pero de mejor relevancia, son los de Luca Sosa, Juan Manuel García y Lucas Hoyos, quienes por diferentes motivos tuvieron muy poco protagonismo durante el año. Sosa y García se quedaron en el parque solo porque no encontraron otro club adonde ir a jugar en el segundo semestre del año.