La Justicia argentina decidió la extensión de la prisión preventiva a Konstantin Rudnev, el líder ruso de una secta que fue detenido por presunta trata de personas en Bariloche. La medida contra el acusado llegará hasta el 1º de diciembre de este año y las pesquisas continuarán con él encerrado en la cárcel de Rawson.
La medida fue tomada a través de una audiencia realizada la semana pasada porque se vencía el plazo estipulado para la prisión preventiva. Esta nueva medida llegará hasta el primer día del último mes del 2025 con el argumento de la complejidad de la causa en la que se investiga al ex militar ruso. A pesar de que aún no se determinaron responsabilidades, las autoridades del caso aseguraron que hubo avances y que pueden presentar la acusación final hasta marzo del 2026.
Respecto a la actual investigación, se especificó que, a pesar de que el imputado acumula otros procesos judiciales y hasta pedidos de captura en diferentes países, solo se están tomando las pruebas recolectadas por los actos ilícitos producidos únicamente en la Argentina.
Junto a Rudnev habían sido detenidas otras 20 personas (un hombre y 19 mujeres), la mayoría de nacionalidad rusa y todas ya excarceladas. Sin embargo, todavía están ligadas a la causa y siguen siendo incluidas en las medidas cautelares impuestas. Según el juez Gustavo Zapata los señalados conformaron una organización criminal que se dedicaba a la trata de personas con fines sexuales y de reducción a la servidumbre.
Investigación argentina
Lo que desató las sospechas fue una denuncia hospitalaria sobre una mujer rusa en estado de vulnerabilidad que vino a parir a Bariloche. Aparentemente la maniobra incluía que el niño que nació en Argentina sea anotado como hijo de Konstantin Rudnev para cubrirlo legalmente frente a las acusaciones en otros 25 países, sobre abusos sexuales y desapariciones de personas.
De esta forma se descubrió que Rudnev manejaba la secta Ashram Shambala, creada en 1989, en la que se hacía ver como un líder espiritual. Sus víctimas eran principalmente mujeres a quienes alejaba de su familia, se quedaba con sus bienes, las reducía a la servidumbre y las abusaba sexualmente.
En Bariloche las mujeres raptadas no podían salir de un domicilio, tenían alimentaciones en ínfimas raciones, no tenían contacto con el exterior, conexión a WiFi ni servicio de limpieza, por lo que todavía no se determinó si eran partícipes necesarias en los crímenes de Rudnev o sus víctimas.
En Argentina lidera la investigación el fiscal federal Fernando Arrigo, quien participó de operativos de detenciones y dijo tener "todas las pruebas" para asegurar que había más víctimas de la secta y pidió la primera prisión preventiva para Rudnev.