El disparo que hirió gravemente al fotógrafo Pablo Grillo no fue un accidente ni un error en la aplicación de los manuales. Así lo determinó el informe balístico elaborado por la Policía de la Ciudad incorporado a la causa judicial. El análisis concluyó que el gendarme Héctor Guerrero incumplió los protocolos de uso del arma lanzagases.