Las cuentas regresivas siempre inquietan: es el tiempo corriendo al revés. Y el instagram del universo Mutazion nos mete directamente en una. La del estreno y la única función (este viernes 5/9 en el Cine Gaumont) de El Protocolo Mutazion, la nueva película de Marcelo Leguiza, con la que el multifacético creador completa su "trilogía de la Corporación", iniciada por KV62: Tiempo come tiempo y continuada con Reencarna (perros, karma y balas), películas de 2013 y 2015 que, una década más tarde, cierran un círculo.
O en realidad abren otro. Porque la proyección de gala de la película gatillará también un universo en expansión, que adjunta un videojuego, creado por el propio Leguiza, directamente vinculado con la narrativa flashera y conspiranoica de El Protocolo Mutazion. "Lo que me motiva no sólo es contar historias, sino buscar nuevas formas de difundirlas y sorprender al espectador; la necesidad de innovar y crear experiencias distintas es lo que siempre termina guiando mi camino", le explica Leguiza al NO.
"Yo hago cine de género –sigue–, no busco revolucionar la industria del videojuego sino explorar nuevos puntos de expresión que diviertan y despierten la curiosidad del público hacia la película, por eso con El Protocolo Mutazion me volqué al videojuego, porque es un medio que permite construir mundos, controlar tiempos y perspectivas, y generar experiencias emocionales."
Si bien la opresión es parte de la línea narrativa original de la trilogía (corporaciones, conspiraciones, vecinos, policías, reptilianos), la experiencia pandémica le añadió una brisa de aire encerrado, paranoico y asustado que impactó directamente sobre este tercer episodio. "La premisa de la trilogía siempre fue que las historias fueran opresivas", reconoce Leguiza.
"El Protocolo Mutazion comenzó a gestarse durante la pandemia, en tiempos de confinamientos y vacunas; y busca ser crítica con lo opresivo del presente, incluyendo el manejo de la comunicación y los medios digitales, cómo la salud mental es sistemáticamente desestimada y cómo algo puede ser bueno o malo para alguien según cada perspectiva. Podría haber sido simplemente una película sobre un conspiranoico que descubre que su vecina es reptiliana, pero a medida que avanza, lo opresivo del entorno va desdibujando esa línea y la película muestra cómo la tensión social, los medios y las relaciones humanas moldean nuestra percepción de lo que es real y lo que es normal."